La Policía vuelve a impedir las manifestaciones de la población chií en Barhein
GARA | MANAMA
Fuerzas antidisturbios dispersaron ayer las protestas que bloquearon las carreteras cercanas a Manama, al día siguiente de los incidentes que marcaron el segundo aniversario del levantamiento protagonizado por la población chií de este país del Golfo dominado por una monarquía suní.
Los enfrentamientos tuvieron lugar al término de una manifestación de miles de partidarios de la oposición que gritaron «Abajo la dictadura» en Budaya, en una carretera que conecta varias aldeas chiíes, y en la que participó el jeque Ali Salmane, líder de Wefaq, la principal formación opositora chií.
La Policía volvió a usar gases lacrimógenos y bombas aturdidoras para dispersar a los manifestantes que lanzaron piedras e interrumpieron la circulación con barricadas. También intervino para impedir que los activistas llegaran a la Plaza de la Perla, símbolo de la revuelta del 14 de febrero de 2011, aplastada por el poder suní un mes más tarde, con la ayuda de tropas de las monarquías del Golfo, sobre todo de Arabia Saudí.
Sin concesiones
Estas movilizaciones se producen además cuando Gobierno y oposición han iniciado un diálogo en el que la monarquía no ha planteado ninguna concesión de fondo.
«El Gobierno no permitirá el recurso a la violencia como medio de presión en las negociaciones», declaró el ministro de Justicia, Khaled Al-Khalifa.
«El pueblo está decidido a obtener sus legítimos derechos pacíficamente», respondió en un comunicado la oposición, que reclama una monarquía constitucional, un gobierno salido de las elecciones y el fin de la discriminación confesional. El jueves murió un manifestante de 16 años por disparos de la Policía y el Ministerio del Interior dio cuenta de la muerte de un policía alcanzado por un cóctel molotov en Sahla, aldea chií próxima a Manama.