Un nuevo bajón que cuesta la victoria al Caja Laboral Baskonia. Después de aguantar valientemente a un Montepaschi Siena que apostó al físico en defensa y al triple en ataque, un agujero de concentración supuso el fin de las opciones de los de Zan Tabak, que cierran la primera vuelta del Top 16 en el límite de la clasificación a cuartos de final; es decir, en cuarta plaza, empatado con el Olympiacos, equipo al que se enfrentará el viernes que viene.

Los toscanos machacaron al Baskonia en un mal momento, arrasando a su rival mediante un porcentual triplista apabullante: 15 de 26, con siete jugadores anotando desde más allá de los 6,75 metros, sobre todo unos sorprendentes Matthew Janning y David Moss, más allá de los 18 puntos de Bobby Brown, algo que ya se asumía.

De hecho, el Baskonia perdió un único cuarto, pero perdió todas sus opciones en un tercer período para olvidar, y después se vio incapaz de inquietar al Montepaschi Siena, por mucho que jugadores como Lampe o Nemanja Bjelica trataran de replicar cada canasta rival con sus lanzamientos. Apenas sirvió para evitarse la paliza.

Buena primera mitad

Y eso que los gasteiztarras aguantaron el primer golpe, cuando el Montepaschi Siena se adelantaba 16-11 a golpe de triple. Entre Heurtel y Lampe -aunque el polaco saldría cojeando al final del primer cuarto- jugando el bloqueo directo a toda velocidad, los gasteiztarras no solo sostenían el ritmo anotador de su rival, pese a contar con un único triple en toda la primera mitad, a partir del 22-23 obtenido por Causeur sobre la bocina del primer cuarto, sino que llevaban la iniciativa hasta el descanso.

Las ventajas, con todo, eran muy escasas, porque los únicos puntos que se repartían en ese segundo asalto eran los de sutura. El trío arbitral decidió dejar jugar aunque los jugadores se esmeraron en darles motivos para pitar algo más. Brown y Eze eran los principales anotadores toscanos, mientras que los nueve tantos de San Emeterio, junto con puntuales aportaciones de Nocioni -enorme su «pugilato» con Moss-, Nemanja Bjelica o Pleiss permitían que el Baskonia llegara con una leve ventaja, 35-37, a tiempo de descanso.

Los recursos no resultan

El partido empezó a cambiar a partir de una técnica sobre Andrés Nocioni, al que le volvió a perder la boca. Pero no fue esa la causa de la derrota, sino del inicio del cortocircuito baskonista y la racha italiana.

Siena, con tres triples consecutivos de David Moss, empezó a romper el partido. Zan Tabak ensayó varios recursos, como por ejemplo alinear a los dos bases a la vez con Causeur de alero alto, o una defensa en zona 2-3. Ninguno de los recursos salió bien, toda vez que la escuadra toscana conseguía mover el balón con la fluidez que perseguía, logrando lanzar tiros librados con un acierto elevadísimo, gracias al ánimo de los locales y de su afición, unido al desánimo de un Caja Laboral Baskonia que dejó de creer en la victoria.

Los diez últimos minutos solo sirvieron para evitar que el adversario del Baskonia se fuera por encima de los 20 puntos. Las defensas se relajaron -curiosamente, los árbitros se acordaron de pitar más en esos momentos- y el partido entró en un intercambio de canastas que no sirvió para que el destino del partido pudiera cambiar. Si acaso Lampe y Nemanja Bjelica aún mantenían algo de fe, e incluso Cook ofreció detalles de dirección. Pero el daño ya estaba hecho y la victoria, opción real de haber mantenido la concentración, ya era imposible.