Fragmentos de un meteorito dejan un millar de heridos en los Urales
Fragmentos de un meteorito cayeron ayer sobre una zona poblada de la región rusa de los Urales, donde dejaron un millar de heridos, algunos de gravedad, y causaron el pánico entre la población, unas horas antes del paso de un asteroide a solo 28.000 kilómetros de la Tierra. Medios locales apuntaron a que el sistema de defensa aérea interceptó el objeto. Moscú desmintió que cuente con un sistema para abatir meteoritos, pero cree necesario prevenir caídas de objetos espaciales.
GARA | MOSCÚ
Una sucesión de fragmentos incandescentes de un meteorito acompañadas de explosiones y estelas de humo impactaron en la madrugada de ayer sobre las poblaciones rusas de Chelyabinsk, Sverdlovsk, Kurgan y Tyumen, en la región de los Urales, así como en el norte de Kazajistán, dejando alrededor de un millar de personas, incluidos unos 200 niños, heridas, varias de ellas de gravedad aunque la mayoría solo presentaban cortes a causa del estallido de las ventanas por la onda expansiva.
Destellos incandescentes y violentas explosiones derribaron paredes y ventanas y provocaron el pánico entre los residentes de estas localidades. El tránsito matutino se detuvo súbitamente en Chelyabinsk mientras el meteorito se desintegraba parcialmente en fragmentos bastante grandes al ingresar en la capa inferior de la atmósfera sobre la ciudad, iluminando el cielo, según mostraban las imágenes de los numerosos videos difundidos, como el que se pudo ver en http://www.naiz.info/eu/actualidad/noticia/20130215/varias-personas-resultan-heridas-al-caer-un-meteorito-en-los-urales.
Este meteorito «fue un objeto bastante grande con una masa de varias docenas de toneladas», calculó el astrónomo ruso Serguei Smirnov, del Observatorio Pulkovo, en una entrevista difundida por el canal Russia 24. Según el director del observatorio astronómico de la Universidad de Irkutsk, Serguei Yazev, el meteorito tenía cerca de 50 toneladas de peso.
La agencia espacial rusa, Roscomos, confirmó que se trataba de «un cuerpo celeste, un meteorito, que se movía a una velocidad de 30 kilómetros por segundo a una trayectoria baja».
Este fenómeno poco común ocurrió horas antes de que al asteroide 2012 DA14, pasara a unos 27.000 kilómetros de la Tierra.
«A las 09.20 (03.20 GMT) se observó un objeto en Cheliabinsk que volaba a gran velocidad y dejaba un rastro. Dos minutos después se escucharon dos explosiones», indicó un responsable de la Oficina Regional de Situaciones de Emergencia, Yuri Burenko, en un comunicado. «La onda de choque rompió las ventanas en Chelyabinsk y en otras ciudades de la región», agregó Burenko.
Los primeros informes señalaron que una parte del meteorito cayó a 80 kilómetros de la ciudad de Satki, que se encuentra a 100 kilómetros al oeste del centro regional, aunque no fue confirmado oficialmente.
Un portavoz militar de los Urales informó de que un grupo de reconocimiento encontró el punto del impacto de uno de los fragmentos del meteorito en el lago Tchebarkul. «Hay un cráter de seis metros», aseguró el coronel Yaroslav Poschiupkine, citado por RIA Novosti. Imágenes transmitidas por la televisión estatal mostró un gran agujero en la superficie helada del lago.
«Cuando sonaron las ensordecedoras explosiones pensábamos que era un terremoto. Los niños que patinaban en ese momento en el hielo se cayeron debido a la ola expansiva», afirmó Alexandr Martents, residente en Chelyabinsk.
Un hombre declaró a la cadena de televisión Rossiya que «hubo un deslumbrador destello y dos o tres minutos después fuimos derribados por una onda expansiva». Otro apuntó que «al principio, creí que era un avión».
«Hubo miles de llamadas telefónicas de que algo fue encontrado y que el bosque estaba ardiendo» tras constatar que algo cayó» en la superficie de la Tierra, señaló Yuri Burenko.
Daños materiales
Como medida de precaución, según RIA Novosti, las autoridades cortaron el suministro de gas (en pleno invierno ruso) en cientos de hogares en Chelyabinsk, donde cerca de 3.000 edificios sufrieron desperfectos. Las autoridades cifraron en 100.000 metros cuadrados los cristales de las ventanas que saltaron por los aires debido a las explosiones, lo que dejó a centenares de viviendas sin protección en pleno invierno.
Se hizo un llamamiento a la población local a no caer presa del pánico, argumentando que los niveles de radiación están dentro de la norma y que en las poblaciones afectadas hay calefacción, luz y agua, aunque la gente sucumbió al miedo e hizo acopio de productos de primera necesidad, sobre todo medicinas.
Pese a que los expertos aseguraron que los fragmentos del meteorito no son radiactivos, el Ministerio para Emergencias acon- sejó a la población no acercarse si encuentran alguno cerca de sus viviendas.
Aunque la mayoría de los heridos fueron tratados por cortes superficiales y hematomas causados por los vidrios rotos, nunca tantas personas habían resultado heridas a causa del impacto de fragmentos de meteorito, aseguró un experto consultado por AFP. «Me estoy rompiendo la cabeza pensando en algún momento en la historia en que tanta gente haya resultado herida» a causa de la onda explosiva producida por un cuerpo celeste, señaló Robert Massey, secretario ejecutivo adjunto de la Royal Astronomical Society (RAS).
«Es muy raro que tantas personas resulten heridas» por un fenómeno como este. «Creo que no tiene precedentes», agregó.
La región de Chelyabinsk es el corazón de la zona industrial de Rusia. Está llena de fábricas y otras instalaciones que incluyen una planta de energía nuclear y el gran centro de depósito y tratamiento de deshechos nucleares Mayak.
Un portavoz de Rosatom, la empresa de energía nuclear de Rusia, aseguró que sus operaciones no se vieron afectadas. El Ministerio de Situaciones de Emergencias informó de que los niveles de radiación en la región no habían cambiado.
Robert Massey explicó que muchas veces pequeños meteoritos se desintegran en el cielo al entrar en la atmósfera, sin causar daños. Pero, muy de vez en cuando, meteoritos más grandes sobreviven a la primera etapa de su caída, antes de estallar en la capa baja de la atmósfera, causando una onda de choque expansiva, que es lo que ocurrió en los Urales, explicó.
Sistema de protección
Lo que en principio se creyó que era una lluvia de meteoritos fue desmentida por Roscomos que habló de un único cuerpo celeste. Medios de comunicación locales como «Russia Today», fueron más allá y apuntaron en un primer momento que Rusia habría interceptado el meteorito a través del sistema de defensa aérea de Urzhumka, lo que habría provocado su desintegración y el impacto de sus fragmentos sobre las ciudades afectadas.
Las autoridades desmintieron rápidamente esta posibilidad. El viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, afirmó que ni Rusia ni EEUU tienen la tecnología para abatir meteoritos que representan una amenaza para la Tierra, al tiempo que abogó por coordinar con Europa y EEUU un sistema de misiles que prevenga y proteja a la Tierra de la caída de eventuales objetos espaciales. «Tenemos que pensar en ello», afirmó el viceprimer ministro, quien apostó por coordinar con Europa y EEUU un sistema misilístico que proteja a la Tierra de eventuales objetos que caigan desde el espacio.
«Rusia y otros países grandes sí tienen un sistema de seguimiento y control del espacio -puntualizó-, pero está orientado a vigilar las aproximaciones peligrosas de aparatos con basura espacial». Recordó que ya planteó esta propuesta cuando era el representante de Rusia ante la OTAN, pero la respuesta fue «escéptica» y «muchos se rieron»
El primer ministro, Dmitri Medvedev advirtió de que lo ocurrido demuestra la vulnerabilidad del planeta.
Los meteoritos que ayer impactaron en los Urales recordaron en Rusia, en menor medida, el cataclismo de Tunguska ocurrido en 1908, cuando un enorme cuerpo celeste se estrelló en la taiga siberiana.
Al amanecer del 30 de junio de 1908, una luz cegadora invadió el cielo tras una explosión gigantesca, equivalente a un millar de bombas atómicas, que retumbó en la cuenca del río Podkamennaia Tunguska, una región casi deshabitada en Siberia central. Como señal de su excepcional potencia la tierra tembló y la onda expansiva derribó 2.070 kilómetros de árboles y sembró el pánico en los pueblos. La taiga se incendió en un radio de al menos 20 kilómetros. La noche siguiente, en Rusia y Europa occidental observaron un resplandor particular en el cielo.
Pero era la época de la revolución y la guerra civil en Rusia y la región era pantanosa y lejana, por lo que la primera expedición al lugar fue organizada en 1927.
Los investigadores vincularon la devastación a un meteorito o un asteroide, pero jamás se hallaron sus fragmentos ni se descubrió ningún cráter, por lo que las hipótesis para explicar el misterio se dispararon. GARA
La corrupción policial, la presencia de estafadores y los incidentes entre conductores y peatones, problemas crónicos en la red viaria rusa, ha llevado a muchos rusos a instalar cámaras fijas en sus vehículos como medida disuasoria o probatoria en caso de juicio, y eso explica la profusión de videos sobre ocurrido en los Urales.
Ante el fenómeno registrado en Rusia hubo quien alertó sobre posibles conspiraciones internacionales. El líder del Partido Liberal Democrático, el ultranacionalista Vladimir Yirinovski, aseguró que no fue un meteorito sino que «los estadounidenses están probando nuevas armas».
Solo fue casualidad que doce horas después de lo ocurrido en los Urales el asteroide 2012 DA14, de 45 metros de diámetro y 135.000 toneladas de peso, pasara a unos 28.000 kilómetros de la Tierra, en un trayecto inusualmente cercano a este planeta.
La Agencia Espacial Europea (ESA) aseguró que el meteorito no tiene ninguna relación con el asteroide. «Si el meteorito hubiera tenido que ver con el asteroide, hubiera presentado otra dirección de vuelo, hubiera volado de Sur a Norte y no de Este a Oeste, como ha sido el caso», dijo Rainer Krefken, ingeniero de instalaciones de satélites de investigación de la ESA desde el centro de control de operaciones en Darmstadt, Alemania.
La NASA informó de que el asteroide 2012 DA14 pasó a 28.163 kilómetros de distancia de la Tierra, su máximo acercamiento al planeta, cuando surcaba el cielo de Indonesia a las 19.24 GMT, psando unos 8.500 kilómetros por debajo de la región donde orbitan unos 400 satélites geoestacionarios. Su velocidad era de unos 28.000 kilómetros/hora. Se trata del asteroide más cercano al planeta Tierra de este tamaño desde que los científicos comenzaron a observarlos rutinariamente, hace unos quince años. Otros se han acercado más, incluso a 7.ooo kilómetros o han explotado en el cielo, como en 2008 sobre Indonesia o en 2009 sobre Sudán, pero se trataba de cuerpos de entre uno y diez metros de diámetro.
Los satélites de comunicación o meteorológicos suelen orbitar a unos 33.000 kilómetros, en la órbita geoestacionaria, por lo que uno de los peligros del asteroide era que chocara con alguno de ellos, pero no pasó a menos de 7.000 kilómetros de ninguno. Ni siquiera chocó con ningún elemento de basura espacial que orbita en torno a la Tierra.
Los observatorios astronómicos de varias partes del mundo siguieron con sus telescopios la aproximación, paso y alejamiento del asteroide, visible desde zonas de Europa, África, Asia y, Australia donde a esa hora amanecía.
Aunque el asteroide no afectará a nuestro planeta, la Tierra sí que modificará su órbita, que será más pequeña que la que llevaba hasta ahora. Precisamente, su paso permitirá estudiar qué efectos tiene la gravedad terrestre sobre este objeto y si es capaz de romperlo en pequeños trozos; al mismo tiempo, ayudará a estudiar sus características físicas, brillo y composición química.
El próximo acercamiento no se producirá hasta febrero de 2046, cuando esta misma roca pase a algo más de 9.900 kilómetros. Será uno de los que más tiempo pase dentro del sistema Tierra-Luna, ya que permanecerá entre ambos cuerpos unas 33 horas. 2012 DA14 fue descubierto en el Observatorio de La Sagra operado por el Observatorio Astronómico de Mallorca, el 23 de febrero de 2012. En el estudio realizado a la roca, se ha detectado que se desplaza a unos 28.100 kilómetros por hora o a 4,8 kilómetros por segundo, con respecto a la Tierra.
Existen unos 500.000 asteroides del tamaño de 2012 DA14 cercanos a la Tierra. De ellos solo se han descubierto menos de un 1 %. El más conocido por su «amenazante» tamaño y cercanía es Apofis, cuyo paso está previsto para abirl de 2029 a 35.600 kilómetros. GARA