Bizkaia inaugura una planta biológica que reducirá los residuos para la incineradora
José Luis Bilbao e Iñaki Azkuna inauguraron la planta de tratamiento biológico, de tecnología muy avanzada, con la que Bizkaia «se pone a la cabeza» en gestión de residuos, «adelantándose» a la directiva de la Unión Europea.Nerea GOTI
Representantes del Gobierno foral vizcaino -con el diputado general, José Luis Bilbao, al frente- y del Ayuntamiento de Bilbo -en cuya representación acudió el primer edil, Iñaki Azkuna- giraron ayer visita a la Planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) ubicada en el monte Arraiz, junto a la incineradora de Zabalgarbi, la planta de compostaje y el depósito de Artigas.
Las tres naves que conforman las instalaciones, junto a varios depósitos, ocupan un área de 23.000 metros cuadrados, destinados al tratamiento de 180.000 toneladas de residuos al año, incluidos los que genera la capital vizcaina, a partir de un proceso tecnológico que incluye el tratamiento biológico de la parte orgánica de los residuos.
A la planta de TMB llegarán las basuras de los contenedores verdes. «Principalmente, [llegará] lo que se recoge en Bilbao, unas 100.000 toneladas que hasta ahora iban a Artigas, y las basuras de Etxebarri y Alonsotegi, además de otros eskualdes de Bizkaia. Y cuando se ponga en marcha, en 2014, alcanzará una capacidad de 190.000 toneladas», según explicó el diputado foral de Medio Ambiente, Iosu Madariaga.
El responsable foral precisó que toda la basura de Bilbo llegará a esta planta de tratamiento y no a la incineradora de Zabalgarbi, porque así lo recoge expresamente el convenio firmado con el Ayuntamiento bilbaino.
A prueba hasta el verano
Sobre el tratamiento que recibirán las basuras a su llegada a la planta, Madariaga detalló que el primer paso será un tratamiento mecánico para separar la fracción aprovechable de los materiales y el combustible sólido recuperado (CSR), sobre todo para cementeras, por ser un combustible de alto valor calorífico. «Lo que queda en las cintas son restos orgánicos sucios, que no valen para el compostaje y que llegarán a la zona de tratamiento biológico, cuya función es acelerar la fermentación, un proceso que se da en tres o cuatro semanas y que se convierte en material bioestabilizado, seco y fermentado, que permite su traslado al vertedero porque ya no produce gases ni lixiviados; o, si recupera su capacidad calorífica, se puede llevar a Zabalgarbi».
De las 180.000 toneladas que recibirá al año, se estima que casi 94.000 serán biorresiduos (restos orgánicos a tratar), que tras su paso por la nueva planta producirían unas 43 toneladas de bioestabilizado con destino al vertedero o a la incineradora y 57,7 toneladas de combustible sólido recuperado. Calculan que 15,4 toneladas corresponderán a inerte, no aprovechable, y cerca de 13 toneladas serán reciclables.
La planta empezará a trabajar ahora en un periodo de pruebas que se alargará hasta el verano. Tal y como precisó Madariaga, las previsiones con las que trabajan se basan en la experiencias con esta tecnología en otros lugares, pero los residuos tienen sus peculiaridades según su procedencia y ya prevén que la tecnología deberá adaptarse a lo que llegue a la planta. « Mi objetivo es que a partir de 2014 no vaya ni una sola tonelada directamente al vertedero».
En este aspecto insistió José Luis Bilbao, quien subrayó que la nueva infraestructura permitirá que ninguna fracción de residuos llegue al vertedero sin haber sido tratada.
José Luis Bilbao señaló que mientras otros «no muy lejos de aquí todavía no saben qué hacer con la basura», la nueva planta permitirá a Bizkaia «posicionarse internacionalmente en un lugar envidiable en materia de gestión de residuos».