Denuncias de torturas en el inicio del juicio contra jóvenes de Burlata
Los dos jóvenes de Burlata que son juzgados en la Audiencia Nacional española negaron ayer las acusaciones. Uno de ellos relató los malos tratos padecidos durante la incomunicación mientras que el otro alegó que fue incluido en la causa tras una inculpación obtenida por torturas. Otros dos imputados no se presentaron, por lo que la Sala acordó decretar una orden de busca y captura. La causa podría concluir hoy con testimonios policiales y las conclusiones.
A.P. | MADRID
El juicio que se desarrolla en la Audiencia Nacional española contra jóvenes de Burlata comenzó ayer con la denuncia de las torturas padecidas por uno de ellos durante su arresto a manos de la Policía española. Finalmente, el proceso se desarrolla únicamente contra dos de los imputados, Aitor e Iker Torrea, a quienes se acusa de diversos sabotajes ocurridos en Nafarroa.
Otro de los acusados, José Javier Osés, se encuentra preso en el Estado francés y no ha sido entregado hasta el momento, mientras que los otros dos no comparecieron. Por este motivo, la Sala acordó ayer decretar una orden de busca y captura contra ambos. Tras los testimonios de los dos procesados y la declaración de peritos policiales, el juicio podría concluir hoy cuando declaren otros agentes y las partes expongan sus conclusiones.
La sesión se abrió con las declaraciones de Aitor e Iñaki Torrea. El primero, que actualmente se encuentra en libertad pero que permaneció encarcelado once meses, relató las torturas sufridas a manos de los agentes durante su incomunicación. Cabe recordar que la operación, desarrollada en noviembre de 2007, fue puesta en marcha conjuntamente entre Policía española y Guardia Civil, un modus operandi poco habitual para este tipo de redadas.
Aitor Torrea, que negó todas las imputaciones, denunció haber sufrido golpes y la aplicación de «la bolsa». Además, recordó que le amenazaron con someterle a malos tratos con electrodos y que fue duramente presionado con la situación de su padre, que en aquel momento se encontraba aquejado de una grave enfermedad.
Iñaki Torrea, el segundo de los acusados, también negó las imputaciones en su contra. En su caso, alegó que la causa contra él se basa en la declaración de otro de los jóvenes incluidos en el sumario, que también denunció haber sido torturado para obtener autoinculpaciones. Ambos procesados respondieron únicamente a las preguntas formuladas por la defensa.
Incomunicación
La primera sesión de la vista oral prosiguió con las declaraciones policiales. Tanto el instructor y el secretario de la Guardia Civil como el secretario de la Policía española, presentes en la toma de declaración de los jóvenes durante la incomunicación, se limitaron a asegurar que los testimonios fueron «libres y espontáneos». Afirmaciones que chocan con las denuncias de malos tratos interpuestas tras las detenciones.
El proceso continuará hoy en la sede que la Audiencia Nacional española tiene en San Fernando de Henares con las declaraciones de más policías. Estaba previsto que el juicio se alargase hasta mañana, pero todo apunta a que concluirá hoy con las calificaciones de la defensa, que pide la libre absolución, y la acusación, ejercida por la Fiscalía y la Abogacía del Estado.
Coincidiendo con el inicio del juicio, Eleak convocó concentraciones para mostrar su apoyo a los jóvenes de Burlata y denunciar los juicios políticos contra los jóvenes. Así, por la mañana tuvo lugar una concentración en Iruñea ante la Delegación del Gobierno español en Nafarroa, mientras que por la tarde la protesta se trasladó a la plaza de las Askas de Burlata. También en Bilbo, decenas de personas se concentraron ante los Juzgados de la capital vizcaina. Las protestas de Iruñea (10.00) y Burlata (19.30) se repetirán hoy y, en principio, mañana.
Eleak denunció, al anunciar estas movilizaciones, que los juicios a jóvenes por su actividad política «evidencian la cerrazón del Estado hacia el proceso de paz que sigue enrocado en su estrategia represiva» frente a la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca de avanzar hacia la resolución del conflicto.