Raimundo Fitero
La peineta
La contestación del Gobierno de Rajoy y de los dirigentes del PP a la gala de entrega de los premios Goya es la peineta que con toda su arrogancia mostró el ex-tesorero Luis Bárcenas a su llegada al aeropuerto de Barajas, procedente de Canadá, donde no se sabe a ciencia cierta si fue a esquiar o a gestionar parte de su patrimonio oculto. Es una peineta casi perfecta, en el encuadre de la foto, se le ve seguro, sobrado, con una composición espacial casi militar, como siempre recién peinado, vestido de sport, como los grandes caballeros de la derechona, mandando un mensaje claro, «iros a tomar por culo». ¿A quién iba dirigido? A todos.
Pero la gala fue una gala, con todos sus problemas estructurales y de ritmo, pero que pareció ir más ligera que en otras ocasiones. Lo bueno, que Eva Hache es muy buena; lo malo, que se repitió o la repitieron introduciéndose en las películas que acumulaban más candidaturas. Sus monólogos fueron los más incisivos dado que se daban puñaladas en los flancos con una aparente actitud disciplente. El humor engrasaba las armas y el muñeco del pim, pam, pum, ese ministro raro, José Ignacio Wert que aparece, ¡cómo no!, en los negocios del caso Urdangarin. La corrupción es un pañuelo.
Ganó Pablo Berger, director bilbaino, muy simpático y moderado, con una película en blanco y negro, «Blancanieves», que acumuló estatuillas. Subió muchas veces, y una de ellas, con misterio, porque se equivocaron los presentadores al nombrar un ganador. Incomprensible. Lo mismo que era muy curioso que Candela Peña, con el discurso más sentido, llevara en la mano una cartulina con el nombre de una de sus contrincantes. El presidente de la Academia, González Macho, muy institucional, pero sin marcar perfectamente el territorio ideológico y las denuncias. Lo único claro de todas las intervenciones es que se intentó demostrar que la profesión vive en una sociedad agobiada por los recortes, la crisis escénica salvaje y la corrupción que llega por todos los lados. La cara más descriptiva, la del director TVE. Como si estuviera en su propio funeral. Los rumores de su destitución crecen. La caverna mediática sigue con su inquina contra la Cultura.