El Ibex parece haber caído rendido en manos de Alemania. Ya no solo dirige los destinos de la eurozona, sino que señala también el camino de los mercados casi a diario, y no sólo por el diferencial con el bono a diez años. Ayer esto era patente al conocerse dos referencias sobre su economía. Tras el susto del último trimestre, con la contracción del 0,6% en el PIB, ayer recuperaban el tono optimista con el avance insospechado de la confianza empresarial en febrero, según el índice ZEW. Ha subido desde los 31,5 puntos de enero hasta los 48,2 puntos, en lo que es su nivel más alto desde abril de 2010. Pero aún fue más contundente el dato de empleo, ya que al cierre del año pasado eran 41,9 millones las personas empleadas, un récord de contratación desde 1990, fecha de la reunificación. Ahora bien, los analistas rebajaban el fulgor de la noticia al constatar que se contabilizan cerca de 8 millones de «miniempleos». Al empujón de Alemania, se sumaban asimismo el aceptable resultado de la subasta de letras del Tesoro y la buena salida de Wall Street. El Ibex saltó un 1,44%, hasta los 8.225,30 puntos. Las ganancias de Fráncfort (+1,62%) y París (+1,88%) fueron aún mayores, mientras que Londres mejoraba un 0,96%. Los destacados del Ibex fueron Bankinter, Mapfre y Caixabank al subir más de un 3%. Entre los grandes, todos en verde, despuntaron BBVA e Iberdrola con avances superiores al 2%. En el lado negativo, el mayor recorte fue para Popular (-0,91%). En París, los mejores fueron Danone (+5,90%), Carrefour (+4,58%) y Safran (+3,52%). Todos los valores acabaron con balances positivos.