Cuarenta y cinco programas televisivos de media hora y tres películas, a las que se les puede unir dos más creadas a partir de recopilaciones de sketches de la serie, bastaron a los Monty Python para sentar las bases de un nuevo orden en el mundo del humor audiovisual. El sexteto formado por John Cleese, Graham Chapman, Terry Jones, Michael Palin, Eric Idle y Terry Gilliam dinamitó las bases de la comedia tradicional y construyó los cimientos del humor moderno con su inigualada mezcla de erudición cultural, comicidad verbal, delirio visual, surrealismo animado, canciones satíricas y escenas en las que imperaba lo absurdo.

Su revolucionaria aportación a la historia de la comedia ha sido a menudo equiparada a la conmoción que los Beatles provocaron en la música pop. El propio George Harrison -gran amigo de los Python, en especial de Eric Idle- señaló a los seis cómicos como los verdaderos herederos del espíritu del legendario cuarteto de Liverpool.

Procedentes, en su mayoría, del mundo del espectáculo, los miembros de Monty Python se unieron a finales de la década de los sesenta con intención de dar rienda libre a su dinamitador discurso humorístico. Tal y como señala el escritor Bob McCabe en su referencial «Monty Python. La autobiografía», «quienes cambian el mundo no lo hacen necesariamente a bombo y platillo; a veces lo hacen justo cuando la gente está mirando hacia otro lado». Eso es exactamente lo que hicieron Cleese, Chapman, Jones, Palin, Idle y Gilliam, que reescribieron la historia del humor audiovisual a partir de un encargo de la BBC para rellenar su programación nocturna. El 5 de octubre de 1969, poco antes de la medianoche, se emitió el primer episodio de «Monty Python's Flying Circus». Tal y como cabría prever, los responsables de la cadena no acabaron de entender aquella demencial explosión de ingenio iconoclasta y se desentendieron del programa, lo que dejó al grupo un productivo margen de libertad.

Un modelo diferente de humor

Según recuerdan los propios Python, para llevar a cabo sus propuestas se organizaban reuniones periódicas cuyas decisiones afloraban mediante un proceso asambleario, lo que provocaba constantes enfrentamientos entre los integrantes del grupo. Esa tensión interna, verdadero motor creativo del sexteto en sus primeros años, fue minando la cohesión del equipo hasta conducirlo a su final. El desaparecido Graham Chapman tuvo que enfrentarse a su alcoholismo galopante; Cleese fue perdiendo el entusiasmo y buscando vías de expresión fuera del grupo, lo que irritaba a los otros, y Gilliam desquició a todos con su maníaca dirección de actores en «Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores». El propio Gilliam lo resumía en estos términos: «Me había pasado tanto tiempo encerrado en un cuartito minúsculo, rodeado de recortes de papel, que había olvidado cómo tratar a la gente».

El imaginario Monty Phyton incluye un anecdotario muy suculento. Se sabe que el abuelo de Idle era maestro de ceremonias de un circo, que el grupo vendía a otros cómicos los sketches que no les satisfacían, que Paul McCartney interrumpía las grabaciones de los Beatles para ver el programa de televisión «Monty Python's Flying Circus» o que Elvis Presley imitaba a menudo uno de los sketch del grupo bautizado como «Los codazos».

Tras varios libros publicados y discos grabados, en 1971 se estrenó su primer largometraje, «And Now for Something Completely Different», una recopilación de los mejores momentos de sus apariciones en televisión. Su segundo largo, «Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores» (1974), obtuvo el aplauso incondicional del público y la crítica. A dicha película siguieron, en 1979, «La vida de Brian», considerada una de las cumbres del cine de humor, y «El sentido de la vida», con la que lograron el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes del año 1983.

¿Brian o Barrabás?

Irreverente, polémica y divertida parodia de la vida de Jesucristo, «La vida de Brian» fue el éxito más importante en la corta pero intensa carrera de este grupo de humoristas, el más célebre de la historia del cine británico. En la época de la Palestina ocupada por los romanos, el joven Brian se involucra en un grupo insurgente denominado Frente Popular de Judea, trabaja como vendedor en el Coliseo, pinta consignas antimperialistas en los muros de palacio e incluso es seguido, cual mesías, por toda una comunión de fieles. Además de repartirse las labores del guión, los miembros del grupo interpretaron cada uno varios papeles, heredando de esta manera el estilo de los cómicos de antaño.

En 1988, John Cleese y Michael Palin protagonizaron, junto a Jamie Lee Curtis y Kevin Kline, una de las comedias más taquilleras de ese año, «Un pez llamado Wanda»(1988), dirigida por el veteranísimo Charles Crichton y en 2005 el grupo se reunió de nuevo para el montaje del musical «Spamalot», que obtuvo el premio Tony al mejor musical.

Para conmemorar el cuarenta aniversario de los Monty Python (2009), se presentó en el Royal Albert Hall de Londres un oratorio cómico que tan sólo pudo verse una vez, «Not the Messiah (He's a Very Naughty Boy)». Se trataba de una adaptación musical de la célebre «La vida de Brian» y fue escrita por Eric Idle y John du Prez. En dicha premiere británica hicieron acto de presencia en diversos papeles secundarios, Michael Palin, Terry Jones y Terry Gilliam. Eric Idle actuó como barítono acompañado por un cuarteto vocal y la orquesta sinfónica y coro de la BBC.

Los componentes del grupo siempre se han mostrado razonablemente orgullosos de sus logros y su influencia -«nuestro programa permitió a mucha gente reírse de un montón de cosas que antes estaban vedadas», subrayó Michael Palin-, pero tampoco han ocultado cierta decepción por cómo han transcurrido las cosas desde los días de su explosiva irrupción. «Es cierto -dijo John Cleese- que Monty Python cambió el panorama de la comedia, pero lo hizo de forma más bien negativa. Fue como si los que vinieron después no quisieran tomar el relevo y evitaran seguir en esa dirección. De algún modo, en lugar de abrir un camino parece que lo clausuramos para siempre».

Un reencuentro esperado

Después de casi tres décadas sin estrenar ninguna película juntos, los Monty Python han anunciado su regreso, una noticia que ha provocado un sinfín de comentarios y especulaciones relacionadas con este nuevo proyecto conjunto. Por el momento se sabe que «Absolutely Anything», es una comedia protagonizada por Benedict Cumberbatch. El protagonista de la aclamada serie «Sherlock» está negociando su aparición en la película, que será dirigida por uno de los miembros del mítico grupo, Terry Jones, quien también ha escrito el guión junto a Gavin Scott.

Además de Cumberbatch, en ella podremos ver a Gemma Arterton -quien fuera chica Bond en «Quantum of Solace»- y al actor norteamericano Robin Williams, quien siempre ha mostrado su ferviente admiración por los Python y será encargado de interpretar el rol de un perro mucho más inteligente que los humanos.

Se sabe que la película contará con cuatro Monty Python, pero su presencia se limitará a sus voces. Terry Gilliam, Terry Jones, Michael Palin y John Cleese pondrán la voz a los alienígenas que protagonizan esta comedia de animación marciana que, según palabras de sus responsables, «es una apuesta consecuente por prolongar el espíritu original del grupo británico».

¿Alienígenas divinos?

Según los primeros esbozos del argumento, la trama gira en torno a un grupo de extraterrestres que son capaces de otorgar al humano que elijan el poder para hacer «absolutamente nada», de ahí el título de la cinta. La película se centra en la vida de un profesor que se beneficia de estos poderes. El maestro pronto descubre que gracias a sus nuevas dotes puede hacer lo que quiera con solo mover una mano: desde hacer que sus alumnos más revoltosos se esfumen hasta resucitar a un muerto.

«Absolutely Anything» supone el esperado regreso a las salas de cine de los Monty Python después de su última película juntos en 1983, «El sentido de la vida». Aunque algunos de ellos sí han vuelto a coincidir, sobre todo bajo las órdenes de Terry Jones tal y como ocurrió en 1996 cuando pudimos escuchar sus voces en la excelente película de animación «Viento en los sauces».