Anaitasuna acaba su particular cuesta de febrero rindiendo visita a una cancha muy complicada en la que hasta ahora solo ha conseguido salir airoso el Ademar León (25-31). El Naturhouse La Rioja ha hecho de su polideportivo un fortín, pese a los numerosos e importantes contratiempos que ha venido sufriendo en forma de lesiones, un hándicap del que, para infortunio de los navarros, comienza a recuperarse.

De la fortaleza de la pista riojana puede dar buena fe el Atlético de Madrid, última escuadra que hincó la rodilla allí y que estuvo a punto de repetir similar experiencia en La Catedral, donde Anaitasuna tuteó a los colchoneros y estuvo muy cerca de darles un disgusto. Sin embargo, la derrota ante los madrileños, sumadas a las dos anteriores frente a Ademar y Barcelona, hacen que el cuadro blanquiverde haya caído a la mitad de la tabla, de ahí que su meta sea volver a disfrutar cuanto antes de la senda de la victoria.

Su técnico, Aitor Etxaburu, no decidirá hasta última hora el concurso de Borragán y Novelle. El primero no parece recuperado todavía «al cien por cien» de su esguince en el tobillo derecho, tal y como reconoció el preparador eibartarra, mientras que el segundo seguía con fiebre, a la espera de una evolución favorable. Dos bajas sensibles en el lanzamiento exterior de Anaitasuna, que se suman a las seguras de Ion Latorre, que sigue recuperándose de su fractura en una falange de la mano derecha, y Álex Sánchez Capón, que recibió un balonazo en el brazo.

«Vamos a ir a sumar los dos puntos por muy difícil que sea la pista», no sin recordar Etxaburu que se van a enfrentar a una escuadra «con los mejores lanzadores de la Liga Asobal», que dispone en la primera línea «de los mejores en penetración y más rápidos», y que se completa «con dos extremos muy rápidos». «Pese a ello, trabajaremos en sus puntos débiles para ponérselo difícil», aseguró.