Un tribunal israelí asegura que el «prisionero X», en realidad el espía judío australiano Ben Zygier. «fue hallado colgado del cuello con una sábana atada a la ventana en la ducha de su celda».«Se trata de un acto voluntario del difunto que causó su muerte por suicidio», añade. El tribunal de Rishon-LeTzion ha levantado el secreto sobre parte del informe sobre las causas de su muerte pero mantiene oculta mucha parte de la información por petición expresa del Gobierno israelí.

El tribunal no excluye una posible negligencia con resultado de muerte de la Administración Penitenciaria e incluye el informe de un médico que dio cuenta de huellas golpes en el brazo del cadáver y de sedantes, que no alcohol ni drogas, en la sangre del prisionero.