El regreso a casa de Lagunak no se pudo saldar de peor manera. El equipo amarillo se llevó una manita que, lamentablemente, también sirve para darle otro empujón hacia el abismo. Tanto que, en el peor de los casos, podría incluso consumarse la próxima semana.

Las esperanzas se evaporaron pronto porque el Valencia se adelantó antes de cumplirse el primer minuto y llegó al descanso con cinco goles de ventaja ante un rival impotente. La segunda parte resultó tan igualada como intrascendente.