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Campeonato de Parejas

La solidez crea un abismo

Olaizola-Zabala están casi en semifinales, mientras que sus errores dejan sin opciones a Berasaluze-Albisu.

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OLAIZOLA-ZABALA 22

BERASALUZE-ALBISU 11

Jon ORMAZABAL

El partido que cerró la décima jornada del Parejas ayer en el Astelena marcó el abismo existente hoy por hoy entre Olaizola II-Zabala y Berasaluze VIII-Albisu, es decir, entre una pareja que ayer consiguió virtualmente su pase a semifinales y otra que, aunque matemáticamente aún pueda tener una remota posibilidad de hacerlo, puso un triste epílogo a su participación en un campeonato en el que partían como una de las grandes referencias.

En teoría, al menos el día de la presentación del campeonato en Zarautz, el potencial de ambas duplas estaba mucho más equilibrado del que han llegado a desarrollar durante estas diez jornadas, pero ha sido la solidez de unos y la irregularidad de otros lo que ha terminado por crear un mundo entre las que se presumían dos de las grandes apuestas de Asegarce.

Así, quizá sin llegar a alcanzar la brillantez mostrada durante 2012 -tampoco le ha hecho realmente falta hasta ahora-, la solvencia de Olaizola II ha servido para que un debutante como Zabala haya ido cogiéndole el punto a la competición, hasta llegar a alcanzar un nivel mucho más que aceptable.

Por contra, Pablo Berasaluze y Jon Ander Albisu, una pareja que parecía llegar con la garantía del gran nivel mostrado el año pasado y el crecimiento en su juego que ambos habían experimentado en este último año, apenas han sincronizado un par de partidos a su altura y esa química tan necesaria solo ha vuelto a surgir en el partido que ganaron en el Bizkaia a los vigentes campeones.

Demasiados altibajos

Tras un magnífico Cuatro y Medio, fue Pablo Berasaluze el que, en el caso de los que ayer jugaron de azul, tuvo un arranque del Parejas muy dubitativo. Albisu trató de sostener la pareja en esas primeras jornadas, pero aunque paulatinamente Pablo Berasaluze ha ido consiguiendo elevar su nivel, no lo ha hecho lo suficiente para evitar el derrumbamiento de un Jon Ander Albisu que en las dos últimas jornadas se ha disuelto alarmantemente.

A pesar de que en los cuadros alegres también hubo su desigualdad a favor de los colorados -Aimar Olaizola terminó con unos discretos cinco tantos en juego, dos saques y otros tantos errores que tampoco hacen justicia a lo visto y a Berasaluze le castigaron sobre todo los cuatro errores cometidos-, la gran diferencia en la tarde de ayer estuvo en los cuadros largos.

Porque, con mayor grado de acierto o calidad en el juego, el partido se mantuvo igualado hasta el 8-9 que llegó tras el último error de Zabala, que no pudo sacar una pelota arrimada a pared. El de Berriz se resarció con una pelota a placer en el tres que colocó en el rebote y Aimar Olaizola abrió brecha con el saque. Dos saque-vueltas y otros dos tantos directos casi consecutivos terminaron por derrumbar a Albisu y la recta final del partido fue prácticamente una sucesión de errores por parte del zaguero ataundarra.

La pelota que pasó por encima de Zabala en el rebote -casi llegó hasta los asientos de esa zona del Astelena- solo está al alcance de los elegidos y es la mejor prueba de que potencial hay, y mucho, en el zaguero ataundarra, pero ahora mismo la regularidad y aprender a qué pelotas soltar es su gran asignatura pendiente.

 

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