Osasuna se ha dispuesto a echar el tópico por tierra, no ya haciendo buena, sino espléndida la segunda parte del campeonato. Lo está siendo en estos primeros compases, en la que solo dos equipos lo han hecho mejor que la escuadra rojilla que, ciñéndose exclusivamente a lo sucedido en las seis jornadas transcurridas de esta segunda vuelta, ocuparía ahora mismo puesto de Champions League.

Claro que los meses anteriores resultaron tan desastrosos que José Luis Mendilibar y sus hombres se tienen que conformar con dormir sobre el pequeño colchón que les separa del descenso. Motivo por el que, por otro lado, la satisfacción sí es equiparable. Y es que hace apenas seis semanas, Osasuna parecía uno de los más firmes candidatos al descenso.

Pese al esperanzador empate frente al Real Madrid con el que cerraba la primera vuelta, el equipo navarro alcanzaba el ecuador liguero en el fondo de la clasificación y con cinco semanas de tropiezos a sus espaldas, en las que apenas había sido capaz de sumar dos puntos. Pero el calendario le ofrecía una oportunidad con prácticamente dos meses repletos de enfrentamientos con rivales directos, en su mayoría con el Sadar como escenario. Era el momento, redención o condena. Y el equipo de Mendilibar, afortunadamente, se decidió por la primera opción. Por lógica, las consecuencias son positivas sin excepción: ha ascendido media docena de peldaños en la clasificación, ha golpeado a rivales directos a los que ya supera en la tabla y, quizá menos tangible pero igualmente importante, ha entrado en una de esas dinámicas ascendentes que son casi tan difíciles de invertir como las opuestas.

Y es que si Osasuna se condenó en la primera vuelta con un arranque demoledor -en los mismos encuentros que ha disputado ahora en la segunda vuelta sumó cuatro puntos y encajó cuatro derrotas, frente a las cuatro victorias y los 13 puntos que se ha embolsado ahora-, en la segunda derrocha confianza, consicente de que puede ganar a cualquiera, ya sea un rival en horas bajas, como los últimos que han pasado por Iruñea, o un equipo europeo, como confirmó el lunes en Valencia.

Con los mejores

Los números, en ese sentido, no mienten. No era difícil que la segunda vuelta comenzase mejor que la primera, pero es que la línea que está marcando Osasuna en estos últimos partidos es comparativamente mejor que la de la mayoría de los equipos de Primera. Con trece puntos en seis jornadas, solo dos escuadras lo han hecho mejor que la rojilla: el Real Madrid, que ha sumado 15, y la Real, con uno menos, mientras el todopoderoso Barcelona se ha embolsado los mismos que Osasuna. Cerca, pero por detrás, se quedan Atlético, Málaga, Valencia y Espanyol. El conjunto catalán, que ha revivido con la llegada de Javier Agirre, protagoniza un reseteo similar al de los rojillos y, tras tontear con el descenso durante toda la primera vuelta, se sitúa ya en la 13ª plaza, solo una por encima de Osasuna.

Conforman, iruindarras y pericos, la excepción que confirma la regla de los sufridores. El resto de los equipos que llegó sufriendo al ecuador de la Liga sigue haciéndolo mes y medio después. Y a ellos se han sumado otros en clara línea descendente. Como el Athletic, próximo visitante del Sadar, que apenas ha sumado cinco puntos -los mismos que el Celta-, lo que le sitúa ya por debajo de Osasuna y apenas tres por encima del descenso. Peor aún lo ha hecho el Zaragoza, que solo se ha embolsado cuatro y se asoma al abismo. Y qué decir de los dos últimos clasificados, a los que el cambio -o cambios- de entrenador no les ha servido de demasiado: el Mallorca solo ha sumado un punto de estos 18 puntos, mientras el Deportivo, el rival frente al que precisamente iniciaron su remontada los navarros, ha encajado seis derrotas consecutivas.

La gran remontada

No es la primera vez que Osasuna que recupera en la segunda vuelta todo lo que se había dejado antes por el camino, aunque tampoco es lo más habitual. Las estadísticas son bastante parejas: desde que regresó a Primera, ha mejorado sus números en cinco ocasiones, los ha empeorado en seis y, solo en una oportunidad, precisamente la temporada pasada, ha sumado los mismos puntos en las dos vueltas del campeonato.

El mayor vuelco fue para bien y lo protagonizó en la temporada 08/09, cuando el equipo rojillo llegó al ecuador de la Liga prácticamente deshauciado: farolillo rojo con trece puntos, le separaban nada menos que siete de la salvación. Pero en la segunda vuelta sumó 30, más del doble, y eso le permitió mantenerse, aunque fuera con solo un punto de renta. También en la 00/01 y en la 07/08 concluyó la primera vuelta en descenso para remontar después.

En sentido contrario, los navarros repitieron desplome en tres campañas consecutivas (03/04, 04/05 y 05/06), en las que sumaron diez puntos menos en la segunda vuelta. En la última, al menos, la renta era tan espectacular que, pese a la caída, consiguieron concluir el curso en la cuarta plaza. Un objetivo muy alejado del que persiguen ahora, aunque la satisfacción en caso de conseguirlo no será menor.