PENSAMIENTO CRÍTICO CONTEMPORÁNEO
Hessel se sirvió de todo recurso en defensa de la dignidad humana
La muerte sorprendió en París, a la edad de 95 años, a Stéphane Hessel, diplomático retirado, pensador crítico, miembro de la Resistencia, redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y autor del panfleto «¡Indignaos!». El texto -traducido a una treintena de idiomas y del que se ha vendido cuatro millones de ejemplares- se ha convertido, en breve tiempo, en el breviario de la ciudadanía disconforme con la democracia representativa.
A.H. | BILBO
No cabe duda que la tierra será leve para Stéphane Hessel, el veterano diplomático, víctima del terror nazi, combatiente de la Resistencia y pensador crítico fallecido anteayer, 26 de febrero, en su hogar de París.
Fue hace dos años, sin embargo, cuando consiguió fama mundial gracias a su panfleto «Indignez-vous!» (Montpellier, 2010). El texto de treinta y dos páginas, traducido a más de treinta idiomas y con cuatro millones de ejemplares vendidos, se ha convertido, en un breve lapso de tiempo, en manual de un buen número de movimientos sociales en todo Occidente. Ha sido, además, el último redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) en fallecer.
De Berlín a París
Stéphane Hessel nació en Berlín, el 20 de octubre de 1917. Sus padres -un escritor judío y una berlinesa apasionada por las artes- le inculcaron el gusto por la literatura. Cuando contaba 8 años, se instaló en París junto a su madre, a través de la cual entró en contacto con poetas de la categoría de Goethe, Rimbaud, Baudelaire y Apollinaire.
Durante su asistencia al colegio alsaciano de París conoció a Marcel Duchamp, André Breton y Pablo Picasso. Más adelante, ingresó en la Escuela Normal Superior, puerta de entrada a la función pública.
Le fue concedida la nacionalidad francesa en 1937. Dos años después, fue llamado a filas para combatir contra el ejército nazi. Después del frente y la derrota francesa, se unió a la Resistencia en Londres. En 1944 regresó al continente, donde fue detenido por la Gestapo y deportado al campo de concentración de Buchenwald y, más adelante, al de Dora-Mittelbau.
Finalizada la guerra, ingresó en la diplomacia francesa y fue nombrado para la secretaría general de las recién nacidas Naciones Unidas, donde participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ocupó diversos puestos diplomáticos en África y Asia, hasta que François Mitterrand le nombró embajador del Estado francés ante la ONU.
En la convención de Europe Écologie (2009) anunció junto a Cohn-Bendit y José Bové su voluntad de apoyar las listas del partido para las elecciones europeas con «la esperanza de ver surgir una izquierda impertinente con peso». También les respaldó en las regionales de 2010. En 2011, apoyó a Martine Aubry, en la interna del PS.
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