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Respuesta social y sindical dentro y fuera de la junta general de BBVA

La Plataforma anti BBVA tiñó de rojo la entrada del Palacio Euskalduna ante la Junta General de Accionistas de BBVA. La misma respaldó a su presidente durante tres años más, quien dijo que espera que el banco logre una cuota de mercado del 20% en el Estado español. Colectivos sociales y sindicales, sin embargo, criticaron la destrucción de empleo en Hego Euskal Herria, los elevados salarios de los directivos y su participación en la industria armamentística.

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Juanjo BASTERRA |

Lo de menos ayer en la Junta General de Accionistas de BBVA era la reelección de Francisco González. Se sabía. Será presidente tres años más. Contó con un respaldo del 91% de los accionistas de BBVA. Sin embargo, ese control no pudo parar las críticas sindicales y sociales dentro y fuera del encuentro.

Las intervenciones ante los asistentes al Palacio Euskalduna, tanto Francisco González como el consejero delegado Angel Cano, se situaron del lado del Gobierno español en materia de política económica y laboral. Ambos avanzaron que esperan que a final de este año o principios de 2014 cambie la tendencia de destrucción de empleo y destacaron la labor del Gobierno español, pero, en realidad, ante las dificultades de la economía española, BBVA se ha situado en el espacio exterior para conseguir los beneficios, sobre todo en México y el resto de América Latina. En el Estado español, lo que está haciendo BBVA es reducir el empleo, para aumentarlo en estas zonas de desarrollo, incluida Turquía, donde la mano de obra es más barata y las condiciones laborales más favorables para el banco multinacional.

González propuso mantener el dividendo en 0,42 euros por acción, así como proseguir con el mismo esquema de pagos en efectivo y en títulos de la entidad. Y adelantó que espera que en un «tiempo razonable» BBVA alcance un 20% en la cuota de mercado en el Estado español, que hoy se sitúa en el 12%, aproximadamente.

La Plataforma contra el BBVA volvió a embadurnar de rojo la entrada del Palacio Euskalduna. Hubo más ertzainas custodiando la zona, pero una vez más burlaron la vigilancia. Seis activistas, encabezados por una mujer que fue la que inició la operación de echarse pintura.

Denuncia por obstrucción

Un becario de la Agencia Atlas, Marco Navarro, que realizaba su trabajo en la explanada del Palacio Euskalduna fue embadurnado de rojo y confundido con uno de los activistas, por lo que la Ertzaintza le interpuso una denuncia por «obstrucción a la autoridad». Aunque el trabajador levantó los brazos, un ertzaina de paisano se le echó encima.

El colectivo social recordó que, «en estos momentos de crisis, no debemos olvidar el papel que están jugando bancos y cajas, entre ellos BBVA, en los cientos de desahucios que están pasando por encima de un derecho básico del ser humano como es la vivienda digna, con el único objetivo de obtener ingentes beneficios económicos».

También denunciaron que la «crisis provocada por la especulación llevada a cabo por los propios bancos y cuyas consecuencias seguimos pagando los ciudadanos». Ante esta situación, BBVA obtuvo un beneficio de 1.635 millones, mientras que «la gran mayoría de la ciudadanía se encuentra inmersa en una profunda crisis». Mientras se sucedía ese episodio de la pintura, en el otro lado, un grupo sostenía una pancarta y gritaba el lema de la misma: «BBVA hiltzailea».

Por su parte, LAB denunció los elevados salarios de los responsables de BBVA «¡Esto hay que pararlo! En plena crisis originada por su avaricia, se siguen forrando». En una hoja informativa confirman esos altos salarios que entre sueldos fijos, variables y entrega de acciones en especie generan salarios que se mueven entre los 4,3 millones y los más de 307.000 euros, mientras que el consejo de administración de los no ejecutivos obtuvieron 321.916 euros de media, además de un plus de 102.200 acciones a añadir a las que ya cuentan.

A todo esto hay que añadir que el presidente, Francisco González, cuenta con un plan de pensiones de casi 80 millones «logrado en trece años», denunció dentro de la junta el miembro de ELA Joseba Arrese-Igor; Angel Cano, de 22,7 millones; y el comité de dirección de 13 miembros acumula otro plan de pensiones de 80,6 millones. En la junta general se aprobó la entrega de 18,5 millones de acciones entre los 2.200 miembros que conforman el equipo directivo, explicó LAB.

Arrese-Igor intervino en la junta para denunciar que el presidente «se codea con presuntos implicados en el tráfico de sobres de dudosa procedencia» y denunció por «escandalosa y fuera de todo lugar las retribuciones y aportaciones a fondos de pensiones del equipo directivo». Criticó la existencia de amianto en el edificio de Gran Vía 1 y le dijo al presidente de BBVA que «no es una crisis, sino una estafa a la sociedad civil». Le acusó también de «predicar con ahondar en la reforma laboral» en un Estado español «que está en la picota de credibilidad por la corrupción».

3.000 millones

En el encuentro, participó también un miembro de CIG, que denunció «la actitud conservadora del banco» y le exigió un cambio de rumbo de 180 grados, además de reprobarle las inversiones del banco en la industria armamentística. En este caso, Jordi Calvo, de «BBVA sens armes» profundizó en el tema y denunció que «mantiene apoyos con 470 millones con empresas de armas nucleares y 876 millones financiados con emisiones de bonos. Usted financia la amenaza nuclear», le espetó a González en el aforo lleno del Palacio Euskalduna. Le recordó que BBVA ha invertido en el sector armamentístico ya 3.000 millones. También las «preferentes» o «las cláusulas suelo», que el Tribunal Supremo estudiará el 19 de marzo, y el complicado tema de los desahucios estuvieron presentes, aunque no entró de lleno.

Incluso el caso Urdangarín, por el Instituto Noós, apareció al estar salpicado el actual jefe de Responsabilidad y Reputación Corporativas del BBVA, Antonio Ballabriga, amigo del yerno del rey español.

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