TRAS EL FORO SOCIAL POR EL PROCESO DE PAZ
«Los excarcelados mostraron un gran liderazgo en favor del proceso de paz»
Profesor de la Universidad Queen de Belfast
Kieran McEvoy es profesor de Derecho y Justicia Transicional en la Universidad de Queen, Belfast, y director de investigación de la Escuela de Derecho en esa misma universidad. Entre 1990 y 1995 participó en NIACRO, organismo dedicado a trabajar en favor de los presos y sus familiares. También ha sido presidente del Comité para la Administración de Justicia, una organización no gubernamental especializada en derechos humanos.
Ainara LERTXUNDI | BILBO
El profesor Kieran McEvoy, que conoce de primera mano el tratamiento que se dio a los presos en el proceso irlandés, explica a GARA su experiencia.
La situación de los presos vascos está siendo tratada de forma opuesta que en Irlanda. Allí fueron excarcelados para facilitar el proceso y aquí ocurre lo contrario. ¿Qué consecuencias puede tener esta actitud?
No hubiera habido proceso de paz sin excarcelación de los presos. No hubiera sido posible llevar a término el acuerdo de Viernes Santo. Eso lo sabemos ahora, pero en su momento fue un tema muy controvertido. Para muchos fue el aspecto más difícil del proceso de paz, fue un tema muy complicado para los políticos unionistas. Pero en el periodo entre el primer alto el fuego, 1994, y el Acuerdo de Viernes Santo, en 1998, en cuatro años, la gente empezó a darse cuenta de que eso tenía que suceder. Lo cierto es que después de cada periodo de conflicto en Irlanda, y nos remontamos al siglo XVII, los presos siempre han sido liberados. Y a nivel internacional, eso es lo que pasa cuando tienes un proceso de paz: que los presos son excarcelados. Reconocer esa realidad requirió mucho diálogo, conversaciones entre políticos de ambas partes, también con la sociedad, pero llegó.
En Irlanda fue consecuencia de un acuerdo que no existe en el caso vasco...
Cada proceso es único, y no se puede aplicar miméticamente lo ocurrido en un sitio a otro. Lo que puedes hacer es extraer experiencias y aprender de ellas. Antes de los acuerdos, nosotros estuvimos analizando el tema de los presos en otros conflictos. Miramos a Sudáfrica, a Palestina... Lo primero que vimos es que había que hacerlo de forma compatible con el marco legal propio y compatible con el marco legal internacional. Luego hay que mirar aspectos prácticos: si van a salir todos a la vez, si hay que hacerlo por pasos, en función de qué criterios -primero los que llevan más tiempo encarcelados o en función de las acusaciones que pesan contra ellos-... Otra cosa que se trató antes de las excarcelaciones fue la situación de los presos que estaban encarcelados por toda Inglaterra, lejos de sus familias. Y el Gobierno británico, antes de las negociaciones, lo que hizo fue llevarlos de vuelta a Irlanda del Norte, lo que sirvió para construir la confianza sobre el proceso. Mostró una actitud constructiva por parte del Gobierno británico y favoreció el liderazgo de quienes apostaban por el proceso de paz en el movimiento republicano.
Hay quienes apelan a las víctimas para rechazar cualquier movimiento en este ámbito.
Fue otro tema que tuvimos en cuenta. Hay políticos que hablan en nombre de las víctimas. Dicen «las víctimas están en contra de las excarcelaciones», por ejemplo. Pero cuando nosotros nos entrevistamos con las víctimas, lo que comprobamos es que no hablan con una sola voz. Tienen diferentes puntos de vista: algunas estaban completamente en contra de las excarcelaciones; otras admitían que tenían una implicación emocional demasiado fuerte y no querían tomar posición, ni a favor ni en contra; otro grupo señalaba que si las excarcelaciones contribuían a la paz y a la excarcelación, estaban de acuerdo. Y luego estaban las víctimas de la violencia del Estado: hay 350 personas muertas directamente por aparatos del Estado, la mitad de ellas civiles, y solo cuatro miembros de las fuerzas de seguridad británicas fueron condenados, y los cuatro quedaron libres en poco tiempo. Estas víctimas de la violencia del Estado, que habían sufrido la impunidad y querían tener voz, también apoyaron las excarcelaciones de los presos.
Por tanto, concluimos que, por supuesto, las voces de las víctimas son muy importantes, pero no hay que permitir a los políticos hablar en representación de ellas, porque hay que respetar su pluralidad y su diversidad. Hay que respetar sus voces, pero hay que respetarlas en su diversidad.
¿Cómo ha sido el regreso de los presos a la vida civil?
Frente a lo que sostenían los políticos opuestos a su liberación, no ha supuesto ninguna amenaza para la seguridad. Al contrario, los presos políticos han mostrado un importante liderazgo en sus comunidades: han liderado sobre el terreno proyectos que han sido muy importantes para el proceso de paz; han trabajado mucho en materias como la reconciliación, víctimas, cómo gestionar el pasado, conocer la verdad...