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Maribi Ugarteburu, Miriam Campos | Sortu Bizkaia

Quosque tandem?

Las dos componentes de Sortu repasan la situación socio-económica de Bizkaia, donde consideran que hace falta un profundo cambio político, social, económico e institucional. Inciden en la responsabilidad del PNV en hechos como el derribo de Kukutza y, sobre todo, en las cifras de la crisis económica, en un lugar que fue duramente castigado en la reconversión industrial llevada a cabo en la década de los 80. La izquierda abertzale, señalan, se compromete en el apoyo a las dinámicas y para conseguir la justicia social y la normalización política.

En Sortu somos conscientes de que Bizkaia necesita un profundo cambio político, social, económico e institucional. Un proyecto integral de renovación, democratización e impulso económico basado en la participación y la justicia social. Sin embargo, nuestra realidad más cercana se topa con el muro de las formas de hacer del partido de los jauntxos que ha marcado a fuego su seña de identidad en el territorio vizcaíno.

El PNV, con el plácet de PP y PSE, decidió que una excavadora arrollara Kukutza. Con sus desmanes caudilliles, Azkuna defendió públicamente el derribo de aquella fábrica de sueños, de cultura alternativa, que tenía su motor en la participación ciudadana primando la defensa de la propiedad privada, escondiendo tras su discurso posibilista, el apoyo a los intereses de una constructora de oscuro pasado. En la ciudad del «mejor alcalde del mundo», la calle es un espacio vedado para la actividad social, como bien puede atestiguar la plataforma Kalea guztiona da.

Y es que el modelo cultural del PNV pasa por construcciones faraónicas como el proyecto Guggenheim-Urdaibai. Un modelo muy alejado de otro ejemplo que nos da la misma comarca; dar utilidad social a una fábrica de armas abandonada, convirtiéndola en un centro cultural montado en base al auzolana, como han hecho en Gernika con Astra. Fue el PNV, también, quien actuó contra la voluntad popular de la ciudadanía de Muskiz y a favor de los intereses privados de Petronor, la multinacional petrolera, llevando adelante la construcción de la planta de coque, tramitándola de manera irregular, como ha dejado claro la última sentencia del TSJPV. Tampoco hay que olvidar que el fuerte endeudamiento que a día de hoy sufre el consistorio de Urduña es consecuencia directa de los préstamos formalizados por los anteriores gestores del PNV y, pese a ello, la Diputación encabezada por José Luis Bilbao hace oídos sordos a la asunción de compromiso alguno para ayudar a Urduña. Constructoras, multinacionales... ¿Hasta cuándo nos van a tener subyugados por una gestión neoliberal del territorio de Bizkaia?

Hasta cuándo, Catilina, vas a seguir abusando de nuestra paciencia? Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?». Lucio Sergio Catilina, gobernador romano en Africa, pasó a convertirse en un ejemplo de tiranía y la mencionada expresión fue de uso común en el Senado para denunciar la arbitrariedad de los gobernantes. Desgraciadamente, Bizkaia se caracteriza por ser la tierra de esos descendientes de Catilina, con actitudes autoritarias e ínfulas de grandeza. ¿Hasta cuándo tendremos que sufrir la población de Bizkaia estos modos arbitrarios de gestión? ¿Hasta cuándo esa pose sumisa ante los recortes de Madrid? ¿Hasta cuándo hemos de soportar las imposiciones en las asambleas de Kutxabank que antidemocráticamente controlan? ¿Hasta cuándo van a seguir sin avanzar compromisos para frenar los desahucios?

Con una tasa de paro en Hego Euskal Herria del 14'95%, Bizkaia cuenta con un 16'29% de su población activa en desempleo. No solo eso. La situación es todavía más preocupante cuando lo desglosamos por comarcas: Margen Izquierda 19'72%, Bilbao 17'98%, Encartaciones 17'67%... siendo estas las zonas que más están sufriendo la crisis económica y el cierre de empresas. Fue precisamente la Margen Izquierda la más castigada en los años 80 del siglo pasado por efecto de la reconversión industrial. Recordemos que en 1987, la CAE tenía una tasa de paro del 22'3%. Altos Hornos, Euskalduna, Babcock... formaron parte del motor de la industrialización en Bizkaia, y por ende en Euskal Herria. Hoy, sin embargo, polígonos cerrados y grúas destartaladas nos dan la medida de ese pasado ilustre que se nos antoja ahora un tanto irreal.

Hoy la realidad son Cementos Lemona, cuyos trabajadores llevan más de tres meses en huelga en protesta por el ERE y los despidos en la empresa. Es el Megapark de Barakaldo, donde las denuncias por la abusiva precariedad laboral son una constante. Son los trabajadores de Virtisú en las Encartaciones, que llevan sin actividad desde el mes de diciembre y seis nóminas pendientes de cobro. Es la realidad del pequeño comercio condenado al cierre como el caso de Modas Mariluz en Bilbao, tienda que ha presentado un ERE que deja en la calle y sin indemnización a sus siete empleadas, con más de 35 años de antigüedad...

Necesitamos la independencia porque la pertenencia a España nos asfixia no solo en lo político, lo lingüístico y lo cultural sino también en lo económico. Necesitamos, además, un nuevo modelo socio-económico, un modelo basado en una forma justa de producir y repartir los bienes, que contemple la economía como una actividad al servicio de la mayoría. Desde Sortu si algo podemos decir es que tenemos proyectos y tenemos alternativas. Tenemos que pelearnos un marco propio de relaciones laborales y un reparto equitativo del trabajo. El incremento de la jornada laboral en los servicios públicos que nos quieren imponer desde Lakua echará por tierra una conquista social, como ha sido la jornada laboral de 35 horas, acarreará insolidaridad social y destrucción de empleo. Con este decreto, el PNV vuelve a hacer gala de esa empatía para con las medidas económicas del PP, así como su nula disposición a respetar el ámbito vasco de negociación para las condiciones laborales.

Tenemos que abogar por la paralización de esas grandes infraestructuras que, como el TAV, son innecesarias y ampliamente contestadas por la ciudadanía. Tenemos que abordar una reforma fiscal. Hemos de seguir presionando a Kutxabank para que facilite créditos a pymes y cooperativas, para que no desmantele su obra social, para que renegocie los créditos hipotecarios, porque no podemos tolerar ni una persona desahuciada más por hipotecas contraídas con esta entidad. Tenemos, en definitiva, que volver al espíritu de lucha de los 80, porque hoy, como lo fue ayer, la lucha es el camino que nos abrirá la puerta a la transformación radical de la sociedad, a un futuro socialista e independiente.

No podemos, quizá, cantar como Eskorbuto «Somos los mismos que cuando empezamos», pero sí podemos asegurar que con caras nuevas, unas, y otras cargadas de experiencia, seremos los nuevos protagonistas a quienes nos tocará el importante reto y la gran responsabilidad de llevar adelante el bagaje de los miles de hombres y mujeres de la izquierda abertzale, una mochila cargada de memoria y recorrido histórico, asumiendo la cultura política que nos ha traído hasta aquí. Trabajando en la calle, nuestro medio natural, codo con codo con trabajadoras y parados, con movimientos sociales y sindicatos. Trabajando con aquellas formaciones políticas a las que nos unen acuerdos estratégicos para profundizar en la justicia social y la normalización política de este país. La izquierda abertzale aportará su energía y su compromiso militante a todas estas peleas que tan latentes están en la sociedad, canalizando las respuestas en un ejercicio de complementariedad entre la lucha ideológica, la movilización social y el trabajo institucional. Porque tras salir del invierno de la ilegalización, Sortu es el nuevo instrumento con que la izquierda abertzale se ha dotado para la acción política. Porque la acumulación de fuerzas para el cambio de marco jurídico-político solo será posible desde el convencimiento de que nuestras propuestas son coherentes con el futuro que queremos construir.

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