Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) acordaron en la madrugada del sábado un rescate de 10.000 millones de euros para Chipre, lo que supone una revisión a la baja del rescate inicial de 17.000 millones que solicitó Nicosia. A cambio de la ayuda multimillonaria, el nuevo Gobierno chipriota tendrá que cruzar una línea roja y aceptar una quita a todos los depósitos. Un hecho que ha generado la desconfianza de los ciudadanos ante lo que ya denominan un «corralito» parcial.

Tras más de diez horas de negociaciones, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, confirmó que el coste del rescate se estima en un máximo de 10.000 millones y que entre las condiciones acordadas figura introducir una tasa del 6,75% sobre los depósitos de hasta 100.000 euros y del 9,9% en los depósitos por encima de ese monto, una medida con la que Nicosia espera recaudar 5.800 millones de euros.

La tasa se aplicará una sola vez y se impondrá para depositantes residentes y no residentes de Chipre. Según adelantó el miembro del comité ejecutivo del BCE Jörg Asmussen, el impuesto se impondrá a partir del martes.

Asmussen añadió que el Banco Central Chipriota cuenta con «un plan de contingencia» para evitar la fuga de capitales y que está previsto que el valor de la quita de cada depósito quede «congelado».

El ministro chipriota, Michalis Sarris, matizó en una comparecencia al término del encuentro que los depositantes recibirían acciones equivalentes a la tasa que se les reste.

Con la quita a los depósitos por debajo de 100.000 euros se rompe la garantía que la Unión Europea acordó para ese tipo de cuentas, pero Dijsselbloem justificó la necesidad de un programa específico para afrontar una «situación especial» y añadió que el gran tamaño del sistema bancario chipriota ha obligado a adoptar esta medida.

El programa se basa en un conjunto de «medidas ambiciosas» para «garantizar la estabilidad del sector financiero» y «determina las acciones para cumplir el ajuste fiscal requerido y reformas estructurales para apoyar la competitividad y el crecimiento equilibrado y sostenible», informó el Eurogrupo.

Los ciudadanos, preocupados

En las calles, los ciudadanos chipriotas recibieron con estupor la noticia sobre la decisión adoptada por el Eurogrupo en torno a la quita a los depósitos privados. Este sentimiento se vio acrecentado por el «corralito» parcial que prohíbe toda transferencia bancaria para evitar la fuga de capitales.

De hecho, en los cajeros automáticos y los bancos cooperativos locales, que suelen permanecer abiertos también en sábado, se formaron largas colas de clientes que solicitaba retirar sus depósitos.

Poco después, los bancos cerraron sus puertas, tras una decisión anunciada por el director general del Banco Central de las Cooperativas, Erotocritos Jlorakiotis, de que los bancos quedarán cerrados ya que la decisión del Eurogrupo debe aplicarse inmediatamente.