Los rivales no han aprovechado demasiado el bache rojillo de las dos últimas jornadas, pero Osasuna no puede seguir a expensas de lo que hagan los adversarios y debe recuperar cuanto antes la fortaleza casera, donde ha basado su remontada en la clasificación. El problema para los de José Luis Mendilibar es que la vuelta a la dinámica positiva se debe fraguar en uno de los compromisos más difíciles de la temporada.

El Atlético de Madrid ya no hace honor al calificativo con el que tradicionalmente se le conocía -el pupas-, sino que se ha convertido en un conjunto competitivo y complicado de doblegar. Viene, además, dolido en su amor propio tras haber perdido su primer partido en propio estadio, con lo que estará deseoso de recuperar cuanto antes esos puntos que se dejó ante la Real.

En cualquier caso, eso no debería importarle mucho a Osasuna, pues para urgencias, las suyas. La escuadra navarra no ha hecho sino asomar un poco la cabeza respecto a la apurada situación que vivió en la primera vuelta, pero es consciente que prolongar la racha de malos resultados no hace sino condenarle a volver al pozo.

Kike Sola no entra en la lista

Pese a que completó la sesión matinal al mismo ritmo que el resto de sus compañeros, Kike Sola no entró finalmente en la convocatoria, lo que abre todo un abanico de posibilidades que van desde el doble pivote hasta la línea de ataque. Si Mendilibar mantiene el trivote con Oier adelantado, Puñal entraría en el eje de la medular junto a Lolo, mientras que si el lizartarra es el compañero del andaluz, las alternativas son numerosas.

Desde alinear el cuarteto que jugó en la segunda parte del Benito Villamarín -Cejudo, De las Cuevas, Armenteros y Masoud- sin un delantero centro al uso y que sería toda una novedad en El Sadar, hasta ubicar un ariete específico. En este último caso, los aspirantes a la titularidad son Nino, que ya jugó en ese puesto frente al Levante para luego desaparecer del once, y Joseba Llorente, quien ni siquiera fue convocado en el último envite contra el Betis.