Bajo el lema «Por un nuevo modelo social y económico. Euskal Herrian lan eta eskubide sozial duinak», miles de personas -15.000 según los organizadores- se congregaron ayer en las calles de Bilbo por un cambio en las políticas socioeconómicas en una manifestación convocada por los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE, Hiru, CGT y CNT, junto con un centenar de organizaciones sociales, las mismas agrupaciones que convocaron la huelga general del pasado 26 de setiembre.

Durante la protesta, que estuvo encabezada por los secretarios generales de ELA, Adolfo Muñoz, y de LAB, Ainhoa Etxaide, junto con otros representantes sociales y sindicales, los convocantes hicieron referencia a los últimos acontecimientos en materia económica y criticaron que el proyecto de presupuestos de la CAV supone «más pobreza». Advirtieron de que, si se mantienen las actuales políticas, «tendrán enfrente a la mayoría social».

Tras la pancarta principal, trabajadores y representantes de comités de empresas como Cementos Lemona, Virtisú o las residencias de la tercera edad de Gipuzkoa portaban sus propias reivindicaciones. En el transcurso de la marcha, «No a los recortes», «Sí al gasto social» o «Sobran ladrones, no falta dinero» fueron algunos de los lemas más coreados.

Unas cuentas empobrecedoras

Al término de la manifestación, Adolfo Muñoz (ELA) y Sonia González (LAB) tomaron la palabra en un acto celebrado en el Arenal. Ambos representantes centraron su discurso en los presupuestos presentados por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu. Al respecto, Muñoz criticó que, pese a que cambian los partidos que dirigen los gobiernos, «no cambia el signo de la política neoliberal». Añadió que todos ellos llevan «una estrategia de empobrecimiento brutal».

En su opinión, el Gobierno de Lakua «obedece» cuando «Madrid manda» y, en esta línea, afirmó que los presupuestos vascos son fruto de esa dependencia y no de que no exista otra alternativa.

El secretario general de ELA destacó que en los tres años de gobierno de Patxi López «recortó 620 millones de euros», mientras que en su primer año, Iñigo Urkullu «va a recortar 1.200 millones de euros, el doble». Ante este dato, incidió en que las cuentas van a suponer «más pobreza, más paro y más desigualdad». Sonia González coincidió con esta afirmación al calificar los presupuestos de Urkullu como «una máquina de empobrecimiento».

«¿Qué modelo de país se defiende apostando por la reforma laboral de la mano de Confebask y CEN, desmontando los servicios públicos y negando la protección social?», cuestionó la representante de LAB. En este sentido, advirtió de que «casi la mitad de la riqueza de nuestro pueblo se encuentra en manos del 1,5% de la población».

González denunció que «hay que tener cara dura para decir que son unos presupuestos sociales» y añadió que, cuando el Gobierno de Lakua asegura que «no hay alternativa, lo que quiere decir es que no le da la gana de hacer unos presupuestos en favor de la mayoría». De este modo, destacó que, mientras se «recortan 711 millones al gasto social, no se tiene ningún problema para adelantar el dinero del TAV». «A eso se le llama jeta», censuró.

Muñoz apostilló que en Estados Unidos calculan que el recorte del 2,3% del presupuesto federal supondrá la pérdida de 250.000 empleos y que en el caso del Gobierno de Gasteiz ese ajuste se eleva al 10,8%.

«También aquí tenemos un Tea Party», dijo comparando al PNV con el sector más conservador de los republicanos que ha impuesto la falta de acuerdo para el nuevo presupuesto en Estados Unidos.

Ante los continuos recortes aplicados en los últimos meses, el representante de ELA demandó a las haciendas vascas que «basta de retórica» en el tema fiscal. «O agarramos el tema fiscal por donde hay que agarrar, o vais a hacer acuerdos como los que habéis hecho hasta ahora. Que solamente es el maquillaje de la señorita Pepis», sentenció.

Concluyó que «la fiscalidad que tenemos y que queremos es un debate central en estos momentos. Una política fiscal progresiva, la lucha contra el fraude, el fin de los regalos fiscales al capital... supondría mas ingresos e iría en beneficio de la economía real, pero se resisten a ello».

«Ataque a la jubilación»

Muñoz y González acusaron en reiteradas ocasiones al equipo de Lakua de hacer seguidismo de las reformas impuestas por el Gobierno de Mariano Rajoy. En concreto, hicieron referencia a las modificaciones aprobadas el viernes en relación a las pensiones y lamentaron el «calvario» que se sufre cada viernes con las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros.

«Dicen que están obligados a cumplir lo que en Madrid se decide y está claro que también van a acatar el último ataque que se ha hecho a la jubilación», alertó González, que se mostró convencida de que «cumplen porque quieren, porque comparten el mismo objetivo y tienen muy claro a dónde quieren llegar».

Por su parte, los representantes de los movimientos sociales que participaron en la protesta denunciaron la reducción en el gasto social y advirtieron de que las actuales políticas, además de ser «injustas», no van a lograr «sacarnos de la crisis».

Por ello, apostaron por cambiarlas «de raíz» y abogaron, entre otras cuestiones, por una política fiscal «justa y progresiva» y por un derecho de participación «real» en el diseño y evaluación de las políticas públicas.

Una vez terminado el acto, un grupo de jóvenes trasladó su protesta frente a Sabin Etxea, donde llevaron a cabo una sentada contra los recortes. Según informaron testigos, varias furgonetas de la Ertzaintza se trasladaron al lugar a los pocos minutos. Estas mismas fuentes denunciaron que varias personas fueron golpeadas por los agentes. El departamento de Seguridad de Lakua, por su parte, informó de que una persona fue detenida.