La ciudad de Halabja, hoy en la Región Autonóma de Kurdistán, conmemoró ayer el 25 aniversario del bombardeo con gas ordenado por Saddam Hussein, que dejó alrededor de 5.000 muertos. Las tres cuartas partes fueron mujeres y niños.

Cientos de personas se concentraron ante el monumento a las víctimas de este ataque, con banderas kurdas y fotografías de los fallecidos. «Aquí murió nuestra familia. Debemos aprender de esta tragedia. Debemos perdonar, no olvidar», dice Hounas, una joven de 22 años. «Cadáveres de niños mujeres y hombres cubrían las calles. Fue terrible», afirma Abu Mohammed. El primer ministro de Kurdistán, Nechirvan Barzani, expresó su deseo de que el 16 de marzo se convierta en un día internacional contra las armas químicas.