Sin colas en los colegios electorales, los zimbawenses votaron ayer la nueva Constitución que recorta de forma gradual los poderes del presidente, limitando su mandato a diez años, tras tres décadas de gobierno con mano de hierro del presidente Robert Mugabe y en un conexto de crisis política y económica. El nuevo texto pactado da mayor relevancia al poder legislativo, actualmente dominado por el primer ministro, Morgan Tsvangirai, principal opositor de Mugabe, pero suprime su cargo.

Tsvangirai cohabita con Mugabe en un gobierno de unidad nacional forzado por los países vecinos hace cuatro años, para evitar una guerra civil tras la campaña electoral de 2008, en la que murieron al menos 200 seguidores de Tsvangirai.

La Constitución que se votó ayer es parte del mismo compromiso y un ensayo para las elecciones previstas para el próximo verano. Sin embargo, no impedirá que Mugabe -de 89 años y en el poder desde la independencia en 1980- pueda volver a presentarse, ya que el tiempo del mandato se empezará a contar desde cero.

No hay duda de la victoria del «sí», ya que tanto Mugabe como Tsvangirai llamaron a aprobar el texto, fruto de una larga negociación entre ambos bandos.

Morgan Tsvangirai votó por la mañana en Chitungwiza, una ciudad satélite de la capital, Harare. Robert Mugabe lo hizo un poco más tarde asegurando que quiere «la paz en el país, la paz, la paz».

Aunque el clima fue en general de tranquilidad, el Movimiento para el Cambio Democrático (MCD) del primer ministro se quejó de algunos incidentes, como la detención de uno de sus cargos regionales y la muerte del hijo de otro a finales de febrero en el incendio de su casa. El MCD acusa al partido del presidente, el Zanu-PF. El pasado viernes siete militantes del MCD fueron atacados en Mbare, un distrito de Harare.

Preocupan las elecciones

Tsvangirai pidió a la SADC, la organización regional que patrocina el proceso político, una cumbre extraordinaria para presionar a Mugabe con el fin de que las próximas elecciones sean creíbles. Preocupado porque resurja la violencia política de ocasiones anteriores, pidió actuar «porque parece que no hay voluntad por parte de Zanu-PF de aplicar plenamente el acuerdo político global» alcanzado hace cuatro años entre ambos para convocar los comicios, previstos para julio. «La SADC debe estimar si Zimbawe está preparado para elecciones libres, justas y creíbles», añadió.