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Igualados los 47 puntos de la pasada temporada

La confianza, la calidad y el trabajo dan licencia para poder soņar

La afición blanquiazul disfrutó con una victoria que quedó sentenciada con los goles de Griezmann (2) y Agirretxe al final del primer tiempo. La Real duerme cuarta y se empieza a pensar ya en la Champions.

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REAL SOCIEDAD 4

REAL VALLADOLID 1

Joseba ITURRIA

La afición de la Real disfrutó de la victoria más cómoda de la temporada, que le permite dormir en la cuarta plaza y empezar a soñar con la Liga de Campeones. El equipo ha crecido de manera exagerada a base de trabajo, confianza y calidad y trasmite una energía tan positiva que la ilusión de su gente está más que justificada, por mucho que ese objetivo sea difícil.

La victoria se cimentó en los últimos quince minutos del primer tiempo con una jugada clave que cambió el partido y que nació en la confianza que ha catapultado a los blanquiazules. Mikel González había sacado un minuto antes el balón jugado con su calidad y volvió a mostrar su atrevimiento en una falta lateral. Cualquier central que se encuentra un rechace como el que recogió el arrasatearra se limita a buscar el disparo para terminar la jugada y volver a su zona. Pero Mikel González tuvo el atrevimiento de controlar el balón, superar con un toque de cabeza a tres rivales, levantar la mirada y encontrar a Griezmann para darle la asistencia que puso fin a la oposición del Valladolid y dio inicio a media hora de fútbol de auténtico lujo.

En once minutos a la Real le dio tiempo para marcar tres goles y crear otra gran jugada que Griezmann remató fuera por poco. El remate de Agirretxe a la media vuelta era de muy difícil ejecución y lo envió a la escuadra. El tercer gol fue otra maravilla con un pase de Zurutuza de 50 metros que Griezmann controló como si el balón le llegara desde un saque de banda y sin dejarlo botar superó a Dani.

Fueron dos golazos y quince minutos que llevaron a Anoeta a ponerse en pie para despedir a sus jugadores cuando se marchaban al descanso con una ovación de las que pocas veces se han escuchado en Anoeta.

Media hora complicada

Fue una traca final que no se podía esperar tras una primera media hora en la que el Valladolid había jugado mejor. Djukic quiso ser fiel a su estilo, con la defensa adelantada y la voluntad de jugar el balón en el campo realista, y tenía el partido controlado sin pasar apuros.

Y eso que Montanier había apostado por un once ofensivo al prescindir de Markel y colocar a Zurutuza junto a Illarramendi y Xabi Prieto en el centro del campo por detrás de Vela, Agirretxe y un Griezmann que ha vuelto a recuperar su fútbol.

En la primera media hora la Real estuvo lenta e imprecisa en ataque, pero en defensa logró que el Valladolid no se acercara a su portería. Eso provocó que hasta el gol de Griezmann no se registrara más ocasión que un remate de Agirretxe en una acción en la que el mérito fue suyo al ganar bien la posición.

La Real tampoco había sido capaz de crear el más mínimo peligro en cuatro jugadas a balón parado, pero en la quinta Mikel González tuvo el atrevimiento que da una racha de 37 puntos en 18 partidos con una sola derrota y empezó la fiesta en Anoeta. Los últimos minutos del primer tiempo y los primeros del segundo fueron espectaculares. Parecía que el Barcelona se había puesto la camiseta de la Real. Es difícil jugar al fútbol con más criterio. Y en ese festival blanquiazul destacó la jugada del cuarto gol, que comenzó en un mal envío de Bravo que De la Bella recondujo para iniciar la larga jugada de ataque que terminó con una combinación entre Griezmann, Xabi Prieto y Vela al primer toque que culminó el donostiarra.

Los automatismos

Fue una jugada en la que se vio la confianza del equipo, su calidad, pero también el trabajo realizado en Zubieta por Montanier, que ha conseguido que sus jugadores interioricen sus automatismos, la palabra preferida de su maestro Denoueix.

Este equipo trae al recuerdo cada vez más al que permitió a la Real clasificarse para la Liga de Campeones hace diez años. La diferencia es su margen de progresión. Montanier se marcó en setiembre el objetivo de mejorar la temporada pasada y la Real ya ha conseguido a falta de diez jornadas igualar los 47 puntos, la puntuación más alta sumada desde el subcampeonato. Y los límites de esa progresión parecen estar aún lejos.

El equipo, con ocho canteranos en su once, va a más en todas las facetas del juego, aunque siempre quedan cosas por mejorar. La Real tenía la oportunidad de meter una goleada de escándalo y, aunque tuvo buenas opciones de Agirretxe y Pardo, levantó el pie del acelerador.

Y fue el Valladolid el que marcó un gol que, de la misma manera que hoy le puede suponer ser cuarta o quinta, puede ser decisivo a final de temporada. El average general puede decidir mucho y en el fútbol no se debe descuidar. Y no es lo mismo dejar el campo como lo hizo la Real en el descanso o como al final. Aún se puede mejorar.

Montanier: «El cuarto gol es una recompensa a los movimientos que repetimos en Zubieta»

Philippe Montanier destacó en su rueda de prensa una jugada: «Me gusta mucho cómo marcamos el cuarto gol, con buenos movimientos colectivos. Es la intención en los entrenamientos, repetir muchas acciones combinativas. Fue una buena recompensa de un gran trabajo colectivo. Del partido destaco la calidad del colectivo, ofensivamente sobre todo, como en el cuarto gol, con un buen rigor defensivo y una calidad técnica que ha permitido al equipo tener ocasiones de gol y meter cuatro goles».

Explicó que «hemos empezado con dificultad, con poco ritmo, con menos calidad técnica hasta el primer gol, que ha ayudado al equipo para liberarse y jugar de la manera habitual. El 4-0 ha permitido administrar la segunda parte». Añadía que «podéis soñar. 47 puntos en 28 jornadas es una gran progresión con respecto al año pasado».

Sobre su futuro destacó en francés que «siempre ha habido una buena relación con los jugadores, no solo en el campo, también fuera. La complicidad es importante. Incluso en los momentos difíciles he encontrado su adhesión a nuestro fútbol y nuestro proyecto. Pero del futuro habrá tiempo de hablar. Es tan bonito el presente para disfrutarlo...».

El técnico del Valladolid, Miroslav Djukic, señaló que «hemos tirado en diez minutos el partido y luego era difícil meterse en él. La Real es un muy buen equipo, están en estado de gracia, en muy buena forma y en cualquier jugada te puede liquidar el partido porque tiene mucha calidad y pegada». Joseba ITURRIA

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