Los cuatro puntos de colchón le permiten respirar, pero Osasuna no puede prescindir de nadie, ni en la grada ni sobre el césped, en esta recta final de la temporada. Y si de actitud se trata, no hay problema, porque todos parecen dispuestos a arrimar el hombro.

En ese sentido, el entrenamiento de ayer no pudo resultar mejor. Kike Sola entrenó junto a sus compañeros con total normalidad, también Rubén, que ya tiene el alta médica, e incluso Raoul Loé confirmó que su recuperación marcha por buen camino al realizar buena parte de la sesión con el grupo. A lo que hay que añadir que Silva regresa hoy de su concentración con la selección chilena y que, cumplida su sanción la última jornada, podrá ser de la partida en el Nuevo Zorrilla.

Jugadores que regresan con un mismo planteamiento, expresado ayer por Kike Sola. «Tengo todavía una ligerita molestia -explicaba, refiriéndose a su caso concreto-, pero estoy aquí para ayudar al equipo, intentar hacerlo lo menor posible. Si tengo o no minutos ya depende del míster, pero estoy con ganas y con ilusión de ayudar al equipo». Un sentimiento que extiende al resto del vestuario, visto, por ejemplo, cómo ha regresado el equipo tras el fin de semana de descanso. «Ha habido tres entrenamientos esta semana y han sido de muchísima intensidad, de muchísimas ganas. Los puestos van a estar muy difíciles porque la gente está muy metida y se ve en los entrenamientos, en cada disputa de balón y en cada jugada se nota. Todo el mundo quiere jugar y eso es positivo para el grupo», subrayó.

Y además está convencido de que todo ese esfuerzo se realiza con confianza, pese al bache que atraviesa Osasuna, con tres derrotas consecutivas a sus espaldas. «Desde luego yo personalmente no voy a hablar de urgencias -aseguró-. Porque mi personalidad es así. Estoy tranquilo y si puedo intento transmitir tranquilidad al equipo, aunque creo que el vestuario también lo está». Tranquilidad fundamentada, en opinión del delantero navarro, porque pese a que los resultados no han acompañado en estas últimas semanas, las sensaciones que ha ha transmitido Osasuna deben invitar al optimismo. «El equipo está con ganas, con ganas de tener la posesión, de jugar, de jugar con desparpajo e intensidad, y sobre todo la solidez defensiva que estamos teniendo -destacó-. Yo creo que el equipo está bien, mejor que al principio. Está claro que ha habido tres derrotas seguidas, pero yo veo al equipo muy unido, con muchísimas ganas. Lo veo más suelto, que es lo que hemos intentado buscar desde el principio, que se suelte, que no tenga miedos. Convivimos con el error, siempre va a estar presente, pero creo que en eso hemos mejorado muchísimo porque la gente se atreve más, lo estamos haciendo mejor y vemos a Osasuna con muchísimo más fútbol».

El mejor camino

Los resultados, sin embargo, son muestra de que algún error sí se ha cometido y Sola admite que «quizá hemos perdido balones en el centro del campo y nos han pillado la espalda, hemos hecho ocasiones pero hay que finalizarlas, los de arriba tenemos que estar concentrados y mentalizados para finalizarlas...», pero insiste en la idea de que el buen juego es el camino más corto a la victoria y, por lo tanto, en que «tenemos que seguir en esta línea».

En Valladolid, sin ir más lejos, donde los rojillos se enfrentarán a un rival que «es muy fuerte en casa, juega muy bien al fútbol e intenta llevar la batuta del partido. Va a ser la clave, el que lleve las riendas y se haga con la posesión puede llevarse el partido -auguró el ariete rojillo-. Y seguro que el Valladolid lo va a intentar poque le gusta llevar la iniciativa, pero nosotros tenemos que confiar en hacer nuestro partido, sin mirar demasiado al rival».