CRíTICA: «Incompatibles»
La comedia de colegas que une París con la periferia
Mikel INSAUSTI
Qué gracioso es este hombre! Es imposible no reírse con Omar Sy, actor de origen senegalés revelado internacionalmente por «Intocable». Posee una comicidad innata, que sabe volcar en el trabajo con intérpretes en teoría más serios, consiguiendo contagiarles su desbordante alegría vital. Le funcionó con François Cluzet y le vuelve a funcionar ahora con el menos conocido Laurent Laffite, con el que forma una divertida pareja interracial.
En «Incompatibles», originalmente titulada «De l'autre côté du periph», borda la caricatura de un agente de delitos financieros destinado en el barrio periférico de Bobigny, para combatir la economía sumergida procedente de la prostitución, la droga, el juego ilegal y el tráfico de inmigrantes. Se ha criado allí, en la banlieue, por lo que se cree el investigador idóneo para resolver el hallazgo del cadáver de una mujer en su zona, a pesar de que se trata de la esposa de un influyente magnate. El caso, por su importancia, es asignado de entrada a un inspector parisino de la brigada criminal, pero se las arregla con engaños para forzar una atípica colaboración entre los respectivos cuerpos policiales a los que pertenecen.
De esta manera el realizador David Charhon y sus guionistas traducen a la realidad social de la cultura francófona el subgénero que proliferó en Hollywood durante los años 80 de las buddy movies, comedias de colegas con tendencia al emparejamiento «café con leche». Los fuertes contrastes entre la vida burguesa en el centro de París y la marginalidad de la periferia dan lugar a situaciones chocantes, ya que la escasa distancia que media entre uno y otro lugar no impide que ambos mundos estén separados por las diferencias de clase y de procedencia étnica más acentuadas.
Es el personaje de Omar Sy el que con sus bromas acaba atrayendo a la otra parte, aunque al final el intercambio es mutuo. Inicialmente se declara fan incondicional de Eddie Murphy en la saga «Superdective en Hollywood», pero acaba escuchando a su compañero blanco, que le explica la condición de clásico de Jean-Paul Belmondo en «El profesional». En fin, que los extremos se tocan.