El pasado lunes, personalidades relevantes del campo de los derechos humanos hacían pública una declaración reclamando el fin de las medidas penitenciarias de excepción de los gobiernos español y francés. Sostenían que esas medidas no solo son inútiles, sino también contraproducentes, y mostraban así una percepción del asunto coincidente con la de la mayor parte de la sociedad vasca. Ayer una de las firmantes de esa declaración, Nelly Maes, junto a buenos conocedores de la realidad carcelaria en Irlanda, Sudáfrica y en Euskal Herria, tomó parte ayer en una conferencia, organizada por el Friendship Group y Verdes-ALE en el Parlamento Europeo, sobre el papel que los presos pueden desempeñar en el proceso de resolución de Euskal Herria. Los ponentes pidieron la implicación de la Unión Europea en el proceso vasco, pues mientras el conflicto persista no se podrá hablar de paz en su seno. Y desde diferentes experiencias, resaltaron la importancia del papel que los presos y presas pueden desempeñar en la resolución del conflicto, dejando claro que su situación es una de las claves en la construcción de la paz.

Sin duda, resulta gratificante, además de necesaria, la implicación de cada vez más agentes internacionales en el proceso vasco. Tan gratificante como irresponsable la actitud de los gobiernos español y francés al respecto.