La presión sobre el líder de la coalición de centro-izquierda vencedora en las elecciones legislativas del pasado febrero en Italia, Pier Luigi Bersani, aumentó al recibir el enésimo rechazo del Movimiento 5 Estrellas (M5S) en su intento de conseguir el apoyo necesario para formar un Gobierno que saque al país de la crisis económica y política en que se encuentra.

El portavoz del M5S en el Senado, Vito Crimi, reiteró ayer a Bersani que su movimiento no apoyará la investidura de su Gobierno y que los parlamentarios del M5S han decidido por unanimidad no dar su confianza a un Ejecutivo formado por los actuales partidos italianos.

Bersani, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados pero no en el Senado, apeló, cómo no, a la «responsabilidad» que permita la formación del Gobierno. «Os pido que no impidáis este camino de cambio», dijo. «Yo estoy dispuesto a asumir una responsa- bilidad enorme, pero pido a los demás que asuman una pequeña parte», señaló durante la reunión mantenida con Crimi y con su homóloga en la Cámara Baja, Roberta Lombardi.

«Lo que les pido a las fuerzas políticas es que no impidan este comienzo. Existen muchas maneras», argumentó.

Sin embargo, el propio Crimi respondió que «estas palabras son las que se oyen en el país desde hace 20 años y luego no se hace nada» y agregó que el M5S no está dispuesto a votar la investidura de su Gobierno, ni a votar en blanco, ni a ausentarse de la votación para reducir el quórum y facilitar una mayoría democrática. «Descartamos salir del hemiciclo», subrayó.

«Somos los últimos que se sienten responsables de esta situación. Somos el resultado, no la causa», añadió Crimi, que insistió en que votarán a favor de las leyes que consideran adecuadas.

La reunión entre Bersani y su vicesecretario general en el Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, con Crimi y Lombardi fue emitida en directo por el M5S, algo que tuvo lugar por primera vez en la historia política italiana, aunque algunos medios de comunicación locales consideraron que en el encuentro de ayer fue «una puesta en escena» y que la verdadera negociación se celebrará en secreto.

La formación del Gobierno se complicó después de que la coalición de derecha que lidera Silvio Berlusconi reiterara que la única salida es formar un Ejecutivo de coalición y que insistiera en que el próximo presidente tiene que proceder del área «moderada». Dos propuestas que Bersani ha rechazado varias veces.

Ante esta situación, el secretario general del Partido de la Libertad (PdL), Angelino Alfano, advirtió de que si todo sigue igual la única solución es la vuelta a las urnas.

Pero entre las hipótesis que barajaba ayer la prensa italiana estaba, según Efe, la posibilidad de que Bersani tenga «un as en la manga»: ofrecer al PdL la presidencia de una comisión parlamentaria para la reforma de la Constitución a cambio de que vote su investidura.

Pier Luigi Bersani se reunirá esta tarde o mañana con el presidente, Giorgio Napolitano, para informarle de si ha reunido los 40 apoyos que necesita para sacar adelante su Gobierno, pero, según la prensa, podría pedir más tiempo.