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Uxue Bilbao Basket, a la final de la Eurocup

Charleroi será la Laussane de 2013

Con un Hervelle muy motivado, los hombres de negro no tuvieron problemas en batir a un Budivelnik Kiev que se mostró inofensivo.

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UXUE BILBAO BASKET 75

BUDIVELNIK KIEV 53

Arnaitz GORRITI

Han pasado 19 años desde que el Taugrés Baskonia jugara aquel recordado 15 de marzo de 1994 su primera final de Recopa -a la sazón llamada Copa de Europa- en la ciudad de Laussane. En 2013, será la localidad belga de Charleroi quien sea testigo de la primera final europea de Uxue Bilbao Basket.

Si en 1994, miles de aficionados se desplazaron de Euskal Herria para asistir a aquel evento en tierras helvéticas, en Charleroi, y con Axel Hervelle -en calidad de local- y el presidente Pedrag Savovic -exjugador del Spirou Charleroi- como padrinos, otro aluvión de aficionados vascos asistirá a esta finalísima, la que podría suponer, además, el segundo trofeo continental para las vitrinas del basket vasco y el primer entorchado -la Euskal Kopa aún no tiene solera- para los hombres de negro.

Los pupilos de Katsikaris cumplieron con su parte al volver a derrotar al Budivelnik Kiev -nada que ver con la dramática eliminatoria a tres partidos y sin factor cancha que el Taugrés debió superar ante el Cholet de Antoine Rigaudeau-. En ningún momento ofrecieron los ucranianos sensaciones amenazantes, pero ello no frenó a un Uxue Bilbao Basket que, más allá de los nervios iniciales, no precisó del colchón obtenido en el partido de ida para sellar su pase definitivo a la finalísima de la Eurocup.

El 0-3, después de un triple de Drozdov, fue el único momento en el que los bilbainos tuvieron el marcador en contra. Ese 0-3 no tardó en convertirse en 8-3, con canasta de Hervelle, Mumbrú y Vasileiadis, y de ahí se pasó a 20-9, después de una contra anotada por el ala-pívot belga, muy motivado, tras una excelente asistencia de Mumbrú. Pese a los intentos de acercamiento de los de Kiev, poniéndose 20-17 al inicio del segundo cuarto, la renta vizcaina descansaría entorno a la decena, llegando al descanso con 37-23.

De este segundo asalto cabe destacar el regreso de Grimau, que además se marcó un bonito mate a la contra, el evidente progreso de Fran Pilepic y el recompensado esfuerzo de Samb, que tomó el lugar de un Rakovic que no jugó. Por parte visitante, Delaney abdicó de aparecer, mientras que Lyons sí le echó voluntad para que la desventaja ucraniana no fuera insultante.

Tranquilidad y fiesta

Después de que en esta Eurocup, muchos de los partidos de Miribilla se decidieran en los últimos instantes, la despedida de los hombres de negro de su cancha en este torneo resultó uno de los más relajantes.

Nada más arrancar el tercer cuarto, la ventaja bilbaina superó los 15 puntos, y aunque la renta tampoco fue más allá, debido a los puntos de Anisimov, Gorbenko, Lyons o Drozdov -decepcionante Delaney, forzando acciones dificilísimas sin resultado-, que incluso se llevaron el cuarto, llegando al período final con 53-42 en el marcador.

Tocaba dejar pasar los diez minutos finales, amarrar la victoria del partido de vuelta y, en suma, disfrutar de la fiesta por la clasificación. Y vaya que fue así: con Miribilla puesto en pie durante el último minuto, jaleando para que Samb y Sergio Sánchez lanzara a canasta, y gritando «este es equipo de Euroliga». Para que eso sea así, toca derrotar en Charleroi al Lokomotiv Kuban el próximo 13 de abril. Laussane 19 años después.

Katsikaris: «Este sí es un día histórico»

No hubo los agobios de otros días, y sí mucha felicidad. La grada pedía a los suyos que regresaran a la cancha y Katsikaris celebraba el triunfo confesando «que este es un día histórico».

«Ahora sí que tenemos derecho para decir que es un día histórico. Incluso la gente que no es de baloncesto podrá sentir el orgullo de ver a su equipo en la final».

«El equipo ha salido bien concentrado. Primero subiendo las líneas en defensa y con intensidad, y ellos no han tenido fuerzas. En ataque hemos fallado bastante solos, pero a partir del descanso hemos controlado bastante bien. Seguimos haciendo historia», declaraba el heleno.

«El baloncesto es un deporte de equipo. Cada día, los preparadores creamos y queremos pasar la filosofía del equipo, pero los protagonistas son los jugadores. Estoy muy feliz, porque siento mucho estos colores. Después de un viaje muy complicado, cuando en Riga parecía estar cerca de quedarnos fuera, el equipo ha demostrado carácter. Le gustan los retos, sobre todo cuando parecen imposibles. Ahora tenemos una oportunidad, y si Dios quiere y nos respetan las lesiones, llegaremos en las mejores condiciones», remachaba Katsikaris.

Mientras, el técnico Ainars Bagatskis se mostró encantado con la «atmósfera» del pabellón, y no dudó en aceptar la derrota. Confesó que tenían «algunas sorpresas» preparadas, pero «las bajas de Salenga y Kuksiks nos han impedido hacer las rotaciones y Bilbao Basket ha sido mucho más rápido y mejor», dijo. Reconocía asimismo «que un jugador como Delaney no dé su mejor nivel» fue importante.

Antes de despedirse, el preparador dijo que «debo felicitar a Budivelnik Kiev por esta «segunda» posición; «segunda», porque uno es el primero y el resto, el segundo». Sobre la final «al no haber ventaja de campo para nadie, lo dejo al 50%». A. G.

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