EEUU manda más aviones y Seúl amenaza con ataques preventivos
Pese a reconocer que no hay signos de movimientos de tropas hostiles desde Corea del Norte, Corea del Sur amenazó ayer con lanzar ataques preventivos contra sus hermanos del norte «si muestra signos de un ataque nuclear o de misiles». En la misma línea, EEUU sigue alimentando el fuego de la tensión con el envío de una nueva remesa de cazas, esta vez los furtivos F-22. Ya operan en la zona junto con los gigantes B-52 y los también cazas furtivos B-2.
GARA | SEÚL
Corea del Sur amenazó con atacar sin ningún tipo de cortapisa política y de forma preventiva a sus hermanos norcoreanos mientras llegaron a la península cazas furtivos F-22, oficialmente en el marco de las maniobras militares conjuntas entre los ejércitos de EEUU y surcoreano.
La nueva presidenta surcoreana, duramente criticada por su gestión ausente de la crisis, recibió ayer a su ministro de Defensa y a los altos responsables militares. «Pienso que debemos oponer una respuesta violenta e inmediata sin ninguna otra consideración política si Pyongyang se aventura a una provocación contra nuestra población», señaló Park Geun-Hye, quien asumió sus funciones el pasado mes de febrero.
El ministro de Defensa, Kim Kwan-jin, le entregó detalles, inmediatamente hechos públicos, de un plan que lleva el rimbombante título de «disuasión activa» pero que faculta al Ejército a lanzar una «acción preventiva inmediata» contra Corea del Norte si «muestra signos de un ataque nuclear o de misiles inminente».
Ya a medio plazo, Seúl anunció que acelerará a antes de la fecha prevista de 2015 el despliegue de un sistema conocido como «cadena de destrucción», capaz de detectar, apuntar y destruir blancos nucleares y de misiles de Corea del Norte.
Asimismo, anunció que acelerará la creación de un sistema de misiles-antimisiles y el despliegue de aviones espía estadounidenses Global Hawk. Planea para 2021 haber puesto en órbita dos satélites espías.
Tampoco parece que EEUU esté dispuesto a rebajar la tensión y confirmó la llegada el domingo de cazas furtivos F-22 Raptor para participar en los ejercicios militares Foal Eagle previstos hasta finales de abril.
El Gobierno de Pyongyang anunció su retirada del armisticio firmado en plena guerra de Corea (1953) después de que EEUU trasladara a la península las fortalezas volantes estadounidenses B-52 y los bombarderos furtivos B-2.
Los expertos muestran su preocupación por una escalada que parece difícil de frenar aunque, opinan, está lejos de una guerra abierta.
La Asamblea Popular Suprema (Parlamento) designó ayer en sesión plenaria anual jefe de Gobierno a Pak Pong-ju, que ya ocupó este cargo entre 2003 y 2007. Pak, de 74 años, es un experto en economía que durante su primer mandato lanzó un programa de reformas económicas destinado a ofrecer autonomía a las empresas estatales y a reducir la cartilla de racionamiento de productos alimentarios y de otros bienes de primera necesidad. Fuentes occidentales aseguraron que, a instancias del Partido del Trabajo y del Ejército fue apartado del poder en 2006 para ser rehabilitado en 2010.
Paralelamente, los medios norcoreanos informaron también del nombramiento como ministro de Seguridad del país de Choi Bu-il, hombre de confianza de Kim Jong-un, en un movimiento que indica la determinación del joven líder de seguir consolidando su recién adquirido liderazgo.
Los parlamentarios norcoreanos confirmaron la estrategia nacional anunciada ayer por el líder, Kim Jong-un, de potenciar el crecimiento económico e impulsar el desarrollo de armas nucleares, a las que asegura tener derecho legal mientras las grandes potencias occidentales no renuncien a las suyas.
Los expertos no se esperaban anuncios espectaculares ayer. «El Norte ha mostrado todas sus cartas políticas (...) Acaso se limitará a difundir un mensaje simbólico o un llamamiento a todos los norcoreanos a que estén preparados para una guerra», señaló Cho Han-Bum, analista del Instituto Coreano para la Unificación Nacional. PYONGYANG
