Diez canteranos en el once inicial de Cornellà-El Prat. Y entre ellos se encontraba Eñaut Zubikarai, que sustituyó al lesionado Bravo después de haber disputado su último encuentro oficial con la Real hace ahora una vuelta, precisamente contra el Málaga, el próximo rival donostiarra.

En la previa del choque contra el Espanyol, Philippe Montanier ya dejó claro que el cuerpo técnico y la plantilla confiaban en el cancerbero ondarroarra, y el futbolista respondió con creces.

Con igual seguridad respondió también ayer en rueda de prensa, tras la primera sesión de la semana en Zubieta. El vizcaino explicó que se quedó con «buenas sensaciones» del encuentro del domingo. Sin embargo, con su habitual tono sereno, agregó que «era engañoso. En el primer tiempo, te llegan dos veces y la sensación que te queda es de `¡ostras, me han metido dos y no has hecho nada!'. Son partidos traicioneros; no tienes trabajo, pero te la meten. No sé si es mejor o peor».

Zubikarai siempre ha sido consciente de la dificultad de tener un hueco en el once mientras esté Claudio Bravo. Es por ello que el `portero suplente' admitió que la del meta «es una dinámica muy difícil. Además, en pocos partidos es difícil valorar a un portero porque te puede hacer bien las cosas, te las puede hacer mal o te las puede hacer regular. Es todo relativo».

A pesar de saber exactamente el rol que desempeña en el equipo txuriurdin, Eñaut admitió que «quieras o no, hay meses que te relajas porque está compitiendo el otro (portero)». Sin embargo, es consciente de que «tienes que estar preparado porque de un día para otro cambia esto y de no sentirte protagonista, estás en el once».

«Da gusto verle entrenar»

Carlos Martínez alabó la entrega del vizcaino: «Da gusto verle entrenar, siempre está preparado. El otro día en los goles no pudo hacer nada y estuvo muy correcto. El equipo parece que no nota las ausencias; seguimos trabajando igual, el que entra hace un gran trabajo y lo más importante es que seguimos puntuando y estando ahí arriba».

Respecto al objetivo de la campaña, el lateral reconoció que «ha cambiado radicalmente de principio de temporada a ahora y ha dejado de ser un sueño» terminar en puestos europeos. Sin embargo, Eñaut fue contundente al señalar que «no nos vamos a subir a la parra porque luego la hostia es más grande». Y es que, a falta de nueve partidos para el final, «esto ya no es para salvarse, es para mantener. Cada punto que perdamos, puesto que vamos a bajar. Hay que ir a por todas».

Para ello, ante el Málaga habrá que «poner un ritmo fuerte en casa» para que noten el cansancio de la Champions, donde juegan esta noche ante el Borussia.