Tuvo el día más complicado de la carrera al sufrir dos pinchazos en la parte inicial de la etapa
Amets Txurruka, la mejor imagen para Euskaltel
El maillot naranja más visto en Arrate fue el del corredor de Caja Rural como líder de las metas volantes.
Joseba ITURRIA
Las paradojas de la vida provocaron que en la misma cima en la que Euskaltel había vivido grandes alegrías los tres años anteriores con Samuel Sánchez, el maillot naranja patrocinado por la empresa de telecomunicación vasca que más se vio por televisión fue el de Amets Txurruka al subir al podio como líder de las metas volantes.
Es el maillot del morbo como consecuencia del encomiable compromiso de Euskaltel con el ciclismo, que le lleva no solo a asumir el 100% del coste de su equipo World Tour. También ha atendido la llamada de la organización de la Euskal Herriko Itzulia para ayudarla económicamente al patrocinar la clasificación de las metas volantes.
Lo que no se podía imaginar Mikel Astorkiza, director de la Fundación Euskaltel y uno de los hombres que ha trabajado junto a Igor González Galdeano en el nuevo camino seguido por el proyecto que ha dejado fuera a su corredor más carismático, es que ayer iba a entregarle su maillot naranja en la peor Euskal Herriko Itzulia del equipo.
En la entrevista que concedió Amets Txurruka a GARA al bajarse del podio tras recoger ese maillot, cuando se le preguntaba por el morbo que provocaba ese naranja, sonreía: «Si lo ven así... ¿Qué le vamos a hacer? Son las circunstancias de la vida, que da muchas vueltas y nunca se sabe qué va a pasar».
La etapa más dura
El de Etxebarria atendía a GARA mientras caminaba hacia el coche del equipo con el frío metido en el cuerpo tras una jornada más dura para él que las tres que se pasó escapado casi de principio a fin para asegurar la presencia de Caja Rural en el podio cada día con dos maillots.
«Ha sido una etapa complicada y dura porque nada más salir he pinchado en las calles de Bilbo y cuando pensaba que estaba entrando me he dado cuenta de que no era el pelotón, sino un segundo grupo. Habían quitado la fila de coches y hemos tenido que ir persiguiendo hasta que he entrado en Elgeta. Luego he tenido otro pinchazo en Elorrio y hemos tenido que perseguir hasta Eibar y, a partir de ahí, solo hemos pensado en salvar la etapa más dura», explica Amets.
Añadía que «hemos trabajado mucho, sobre todo el equipo, al que quiero dar las gracias porque Omar venía conmigo y luego me han esperado. Han hecho un gran trabajo para que entre».
Destacaba el éxito que para Caja Rural representa lo vivido hasta ahora en la carrera: «Para nosotros va muy bien, estamos siendo protagonistas y estamos contentos. Hoy ha sido un día duro y complicado, pero en general el balance es positivo».
Además de los dos maillots, Amets ha recibido más que nunca el apoyo de su afición. El suyo era el único nombre que aparecía pintado ayer en la subida a Arrate: «La gente me está apoyando mucho y da gusto correr así. Esta carrera siempre es muy especial, todos los años que he corrido me hace una ilusión especial como a todos los vascos, es la prueba de casa».
Su baja de Euskaltel motivó una gran ola de cariño hacia el corredor, pero no considera que este año haya tenido más apoyo de su afición por eso, sino por su combatividad: «Todos los años he sentido mucho el cariño de la gente y este año más por mis tres primeras etapas».
Preguntado por la carrera de su exequipo admite que «tampoco sé como van, estoy centrado en lo nuestro y no sé ni lo que han hecho hoy». Solo sabía que ha sido el corredor que mejor imagen ha dado a Euskaltel.
Amets Txurruka se aseguró ayer matemáticamente el maillot de las metas volantes -aventaja a Didier en 14 puntos y como mucho solo puede sumar 9 en las tres de hoy- y virtualmente el de la montaña, ya que mantiene 38 puntos sobre el luxemburgués y es casi imposible que un corredor sume todos los puntos hoy y no logre ninguno el de Caja Rural. Además ningún otro ciclista ha disputado la clasificación de la montaña.
Para vestir los dos maillots mañana en el podio de Beasain solo necesita acabar la carrera tras no poder ganar la montaña en 2010 en Orio por fracturarse la clavícula antes de la crono final en el descenso de Aia cuando buscaba su primera victoria.
Txurruka señala cuando se le recuerda lo sucedido en 2010 que «esperemos que no se repita. Ese año tenía ganada la montaña matemáticamente y la caída me lo impidió. A ver si este año lo consigo». Preguntado por si le quedan ganas para atacar hoy responde que «ya se verá. Ahora solo pienso en recuperarme de hoy (ayer), porque seguro que la de mañana (hoy) se va a hacer muy dura y con esta climatología más todavía». Joseba ITURRIA
«La gente me está apoyando mucho y da gusto correr así. Esta carrera siempre es muy especial, es la prueba de casa. Todos los años he sentido mucho el cariño de la gente y este año más por mis tres primeras etapas».