Hebrón entierra al preso palestino y a dos jóvenes muertos por el Ejército
Miles de personas salieron ayer a las calles de Cisjordania para asistir a los funerales de tres palestinos, un preso de 60 años, a quien las autoridades israelíes se negaron a excarcelar pese al cáncer que padecía, y de dos adolescentes muertos por disparos del Ejército durante las protestas del miércoles. Según datos de la ONU, en lo que va de año, las fuerzas israelíes han matado a 19 palestinos.
GARA |
Miles de personas acudieron en Hebrón, la ciudad más poblada de Cisjordania, a dar el último adiós al preso enfermo de cáncer Maisara Abu Hamdiyeh, muerto el martes en un hospital. Hamdiyeh fue conducido al centro sanitario cuando su estado era ya de máxima gravedad.
La ciudad amaneció desierta, con la mayor parte de los comercios cerrados en señal de duelo. Los colegios y la universidad cancelaron sus clases a partir de las once de la mañana y muchos de sus alumnos mayores abandonaron los centros para dirigirse a la mezquita de Abu Aisha, donde el cuerpo de Hamdiyeh fue trasladado desde el hospital de Al Ahli.
A media mañana, en el camino entre el hospital y la mezquita, decenas de personas se alineaban con gestos de tristeza y respeto para rendir tributo al paso de la comitiva fúnebre, acompañada por efectivos de las fuerzas de seguridad palestinas. Muchos de los coches que acompañaban al del difunto portaban fotos del preso, banderas palestinas y de grupos como Al Fatah y Hamas.
«Todo el mundo en la ciudad conocía a este mártir. No era de ningún grupo político, por eso todo el mundo ha venido aquí hoy -por ayer-. Él defendía la libertad palestina y ha venido gente de toda Cisjordania para acompañarle», dijo a Efe Nader, que acompañaba el cadáver.
Nacido en 1949 en Hebrón y padre de cuatro hijos, Hamdiyeh fue condenado a cadena perpetua por un tribunal militar israelí por haber intentado cometer un ataque contra un restaurante en Jerusalén en 2002. Padecía cáncer de esófago y acusaba un deterioro de su salud desde hacía más de un año. Hace una semana, los médicos concluyeron que su situación era terminal, según precisaron funcionarios del servicio de prisiones israelí.
Su familia y la Autoridad Palestina responsabilizaron a Israel de su muerte por no haberle proporcionado los cuidados médicos necesarios.
«No le dejaban ni llamar»
«No le dieron ningún tratamiento para el cáncer porque no querían dárselo, no tengo ninguna duda de que lo mataron», denunció Fida Abu Hamdiye, sobrina del difunto, que expresó su enfado y tristeza por la pérdida de su tío, al que consideraba «un segundo padre».
Se lamentó de que «no hayan dejado a la familia cuidarle y ni siquiera le hayan dejado morir en casa. Aunque se estaba muriendo le mantenían en prisión, no en el hospital».
«Hace tres meses pedimos que le dejasen salir, en cuanto supimos que tenía cáncer. Se le hinchó el cuello y perdió el 95% de la voz. No le dejaban ni hablarnos por teléfono. Solo recibíamos información a través del abogado y de cartas que nos daba la Media Luna Roja», explicó.
«Desde 2002 no he podido verle nunca, solo hoy, menos de dos minutos», cuando acudió al hospital para besar el cadáver, remarcó. Incidió en que la muerte de su tío es una muestra más de la pésima situación que viven los palestinos presos en cárceles israelíes, donde están encerrados, subrayó, «no por ser criminales, sino por luchar por la libertad, la dignidad y la liberación de Palestina».
En las protestas contra esta muerte, el Ejército israelí mató el miércoles a dos primos, Amer Nasser, de 17 años, y Naji Balbisi, de 19 años, que murieron por disparos -uno de ellos en la cabeza- efectuados por soldados en un retén militar en el norte de Cisjordania.
Sus cuerpos -el de Balbisi fue encontrado en la madrugada de ayer- fueron envueltos en la bandera palestina, con la presencia de una multitud en Anabta, una localidad cercana a Tulrakem.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, va a suspender los trámites para la adhesión de la Autoridad Palestina al Tribunal Penal Internacional (TPI) a fin de facilitar las labores de mediación del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, para impulsar un nuevo proceso con Israel.
La compañía aérea Air France fue condenada ayer a pagar una multa de 10.000 euros por haber discriminado a una activista a favor de Palestina, obligada a desembarcar de un avión con destino a Tel Aviv con la excusa de que no era judía, a quien deberá abonar 3.000 euros de indemnización por daños y perjuicios.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, acusó a Israel de querer que «la situación se convierta en una tercera Intifada» por el «uso excesivo de la fuerza» contra los manifestantes y aseguró que la libertad de los presos es una de las prioridades del Gobierno palestino.
«Hemos demandado la libertad de todos los presos, sobre todo la de los encarcelados antes de la firma de los Acuerdos de Oslo; en especial las mujeres, los menores y los enfermos. No podemos permanecer en silencio», subrayó. Durante su discurso en una reunión de su partido Al-Fatah, celebrada en los territorios ocupados palestinos, remarcó que «el liderazgo palestino otorga prioridad a la cuestión de los prisioneros y poner fin a su sufrimiento». Incidió en que el Gobierno «irá hasta el fin del mundo para proteger a los prisioneros».
Recordó que pese a las reiteradas peticiones para que excarcelaran al preso enfermo, Tel Aviv «se negó a dejarlo salir, lo que provocó su muerte».
Asimismo, acusó al Gobierno israelí de «estar detrás de esta espiral. Es responsable de su impacto negativo en los esfuerzos internacionales y estadounidenses para reanudar las negociaciones», afirmó. GARA