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Marga e iñaki altolagirre | vocalistas de Anai arrebak

«La intención es convertirnos en una auténtica máquina de hacer bailar a la gente»

Pasai Donibane es el origen de los hermanos Altolagirre, Marga e Iñaki, conocido como «Matxet». Su aita, Iñaki, fue un reputado técnico de sonido, y el tío de ellos, Angel, es un notable guitarrista. Anai Arrebak presenta su segundo álbum, donde el rock, la electrónica y el tono bailable predominan. Sonidos que cautivaron hace unos días a todos los presentes en Gazte Danbada de Urduña.

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Pablo CABEZA | BILBO

La historia de Anai Arrebak despunta con Jousilouli y Naizroxa por parte de Matxet y con Toxika y Trigger Travis del lado de Marga. De una y otra parte han mantenido posturas transgresoras. Sus diferentes aventuras nunca sonaron comunes ni en disco ni en directo y con Anai Arrebak la pretensión no es diferente. De hecho, sus dos discos editados son una curiosa mezcla de música negra, rock y electrónica, lo que les permite poner en ritmo a todos sus oyentes, como ocurrió el pasado fin de semana en Gazte Danbada en Urduña, donde miles de aficionados siguieron enfebrecidos la propuesta del quinteto. Composiciones siempre envueltas de forma original, en busca del sonido infrecuente, de texturas avanzadas.

Cuidan el sonido, pero también el empaquetamiento. Su primer cedé venía dentro de unas curiosas bolsas de plástico de cuatro colores diferentes y el actual (también sin título) troquelado en redondo.

Anai Arrebak combinan el rock con la electrónica, estribillos pop y fondo negro (soul, funk y música disco) con algún rapeado. Los ritmos hierven, las melodías brincan, por lo que también recuerdan propuestas de la new wave neoyorquina. «Otsoaren deaia» o «Burumakur bakartien maskarada» son un buen ejemplo.

Ander es la batería, Manu se encarga de las programaciones, Ekaitz de la guitarra y los hermanos de la composición, letras y voces. Los Altolagirre parten de Pasai Donibane, aunque ahora viven en Lezo. El local de ensayo es su estudio de grabación, Portugal Txiki, situado en el monte, en Oiartzun, donde graban tranquilamente tanto sus discos como proyectos ajenos (anaiarreback@gmail.com).

Marga es actriz, no hay más que ver su soltura en escena, su desparpajo. Cuenta con una escuela de interpretación en Donostia, el Laboratorio de Artes Escénicas, y también da clases de canto. Fue Premio a la Mejor Vocalista en el Villa de Bilbao hará unos cuatro años.

¿Cómo se quitan los complejos en Euskal Herria para crear música de baile no hortera?

Marga: Echándole morro al asunto y viendo que hay mundo fuera del folk.

Iñaki: Nunca he tenido complejos, siempre intento hacer cosas nuevas que me motiven y, lo más importante de todo, aprender.

¿Les sugiere el viejo sonido Filadelfia, el soul, el funk...?

M: Yo solo quiero vivir un amor como en «Fiebre del sábado noche».

I: Nos encanta el soul, el funk y la música disco. Creo que nuestra tendencia es intentar convertirnos en una auténtica y eficaz máquina de hacer bailar a la gente.

Pero lo negro tampoco es el hilo conductor del disco.

M: No sé, es la mezcla de lo que hemos vivido: Parchís, Bee Gees, Iggy Pop...

I: Quizá no sea el hilo conductor porque en nuestro interior brota muchísimo rock por todos los lados y eso se nota.

Vuestro anterior disco era menos soulero, pero en este también se mantiene esa línea de new wave punk electrónica.

M: Era lo primero que hacíamos, no sabíamos qué iba a salir de todo aquello. Me acuerdo del primer concierto, no tenía ni idea de qué hacer, y era algo tan sencillo como cantar.

I: Sí,se mantiene en algunas canciones. La verdad es que nos encantan todos esos grupos de Nueva York que mezclan las guitarras con la electrónica y los ritmos bailones.

Anai Arrebak suena compacto, como bloque, pero hay muchas cosas, ¿saben lo que quieren?

M: Somos sensibles, pasionales y creativos. Esto es lo que nos sale, no lo hacemos por nada, hemos crecido y nacido así. Yo no sé si queremos conseguir algo, yo no canto para alcanzar una meta, canto por necesidad. No es que quiera expresar algo en concreto, es un estado de libertad para mi persona. Ojo, tonta tampoco voy a ser, doy mi energía y lo mejor de mí, y hay un gran trabajo detrás de todo esto, y como todo trabajo ha de ser compensado.

¿Qué les une, qué les diferencia como hermanos?

M: No somos tan diferentes, solo que una tiene más morro que el otro. Mi hermano es mucho mas cauto. Yo ladro, el espera, pero creo que ambos tenemos ese ansia un algo que nos empuja a no estar parados en ningún momento, y esa necesidad de crear, ya no solo musicalmente, sino en muchos más ámbitos artísticos. Hay un proyecto futuro de teatro. Menos mal que le tengo a él, creo que nos seguiremos mutuamente siempre. A ver quién es el guapo que nos aguanta sino.

I: Hay algo aquí dentro que no sé lo que es, pero que siempre me empuja a crear, igual que a Margari. Muchas veces me han solido decir mis amigos que alucinaban conmigo porque no sé ni cantar (bueno, ahora algo he aprendido con mi hermana al lado) ni solfeo ni se tocar ningún instrumento, pero al final siempre me salgo con la mía y hago lo que me gusta.

Y han creado Portugal Txiki con mucho esfuerzo. Un estudio abierto a todos los grupos.

M: Sí,todo lo que ganamos con Naizroxa lo invertimos en el estudio, sangre, sudor y lágrimas nos ha costado, pero ha merecido la pena. Estamos en el monte a 10 minutos de casa, es un lujo, poder experimentar y grabar cosas en tu casa y a tu aire, es increíble. Sin todo el sacrificio que hemos hecho con Naizroxa hubiese sido muy difícil crear Anai Arrebak, así que tenemos algo pendiente con Naizroxa.

¿Les producirá algún día su tío Angel Altolagirre?

I: Lo teníamos pensado para este disco, pero no pudo ser por diversas circunstancias.


 

FAMILIA

«Seguro que allá donde este nuestro aita estará muy orgulloso de nosotros. Tuve la suerte de tocar hace unos años en Madrid con Naizroxa y vino nuestro tío a vernos y fue algo muy especial»

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