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La familia López Peña califica de «asesinato político» la muerte de Xabier

Los hermanos de Xabier López Peña calificaron de «secuestro y asesinato político» la muerte del preso en París, al tiempo que censuraron el «ocultismo» que rodea el caso. La familia, que ha denunciado a los distintos agentes implicados, recordó que el fallecido «estaba lleno de vida, esperanza, de que todo se arreglase y saliesen todos los presos». Etxerat instó a los políticos a que «esclarezcan hechos tan graves».

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Agustín GOIKOETXEA | BILBO

Los allegados de Xabier López Peña, arropados por representantes de Etxerat, comparecieron ayer en Bilbo para detallar el calvario que están viviendo desde que el 11 de marzo su hermano fuera trasladado al hospital de Corbeil-Essone, para ser sometido a un catéter, hasta que falleció en 30 de marzo en París «sin máquinas, ni medicamentos ni atención médica».

Juanma y Begoña López Peña -que no pudieron contener las lágrimas al rememorar lo vivido y el trato recibido por su hermano y también por ellos- incidieron en que el preso se encontraba bien y negaron que su óbito se hubiera debido a un infarto o un derrame cerebral, como se ha difundido por distintos medios de comunicación.

«Hemos pasado 20 días llenos de sufrimiento, de interrogantes, de impotencia y desinformación», manifestó Begoña, resumiendo así el relato más pormenorizado efectuado por su hermano, roto por el dolor. «Solo sabemos que llegó a París con un pequeño coágulo en el cerebro del que los médicos nos dijeron que se podría recuperar con rehabilitación y que allí -en referencia al hospital de Pitié-Salpêtrière- le hicieron un bay-pass en el corazón».

A partir de esa intervención -según precisaron, al igual que lo hizo Juanma en la entrevista publicada el viernes por GARA-, Xabier López Peña fue trasladado a una zona penitenciaria y el 30 de marzo, con 12 horas de retraso, la doctora de guardia del servicio de Neurocirugía les informó de que había fallecido. «Todavía a día de hoy no sabemos de qué ha muerto», subrayó Juanma, apostillando que aún no han podido ver su cadáver más que a través de un cristal y cuatro días después del fallecimiento, con el agravante de que ningún médico de confianza pudo asistir a la autopsia.

«Ha sido un secuestro y un asesinato político por todo el ocultismo en que nos han tenido. No tenemos un parte de ingreso, de defunción... Nos han tenido como a perros», denunció Juanma López Peña. Más adelante, su hermana mostró su deseo de que los estados español y francés reconozcan de una vez por todas que la política de dispersión «es un fracaso», ya que «solo sirve para castigar a los presos y sus familiares».

Sus últimas palabras fueron dirigidas a su hermano muerto. «Nunca te olvidaremos Xabier, muchas gracias», enfatizó, para agregar que el represaliado político vasco «estaba lleno de vida, esperanza, de que todo se arreglase y saliesen todos los presos».

Antes, Nagore López de Luzuriaga e Ibai Bilbao, en nombre de Etxerat, incidieron en que hacían votos por que el testimonio de los hermanos López Peña -o lo vivido pocos días antes por los allegados de Ángel Figueroa- sirva para que nadie volviese a vivir una situación tan dramática y «cruel» fruto de la «cruda política penitenciaria que se les aplica a nuestro familiares encarcelados».

«No podemos permitir que se contaminen ni se escondan estas situación tan graves con mensajes envenenados y tergiversadores», manifestaron. Por ello, instaron a los responsables políticos que realmente creen en los valores democráticos a que trabajen para que se esclarezcan hechos tan graves como este y que asuman esa denuncia «como propia con seriedad y responsabilidad, como las circunstancias lo exigen».

Para Etxerat, la clase política debe responder a la mayoría social que exige que termine la política penitenciaria «de excepción». En opinión de la asociación que agrupa a los familiares y allegados de los represaliados, ese será el modo de demostrar «un mínimo de madurez política».

Repatriación

La familia espera que los restos de Xabier López Peña puedan llegar a tierra vasca a lo largo de la semana, aunque ayer en Bilbo no desvelaron la fecha exacta en la que pudiera tener lugar la repatriación.

A los políticos

Etxerat instó a los responsables políticos que creen en los valores democráticos a que trabajen por esclarecer «hechos tan graves» como los denunciados por los familiares de la última víctima de la política carcelaria.

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