Los aficionados no se merecen esto
Natxo MATXIN
La respuesta de la afición a la iniciativa del club de llenar El Sadar y apoyar a los suyos en sus momentos más críticos no ha podido tener mejor aceptación. Desde hace ya unas cuantas jornadas, la hinchada rojilla lleva realizando un esfuerzo palpable que no siempre es correspondido por el once osasunista.
La grada, que es la que paga y sostiene la entidad deportiva, sabe cuándo los suyos lo dan todo y más. Ayer eso no ocurrió y, aunque no fue de manera generalizada, sí que la pitada final «premió» a los futbolistas por lo que entendió falta de garra en un momento todavía delicado para la presencia del equipo en la máxima categoría. Osasuna no se puede permitir el lujo de firmar dos inicios de cada periodo tan apáticos como los que protagonizó ayer ante el Espanyol. A esta irreprochable afición también se le acaba la paciencia.