Apuros del Gobierno de Lakua
El programa de Urkullu olvida 2015 y el «refrendo popular»
El Ejecutivo de Lakua presenta la conversión del programa electoral del PNV en programa de Gobierno, con algunas variaciones como la que afecta al apartado sobre el nuevo estatus político
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Promover, profundizar, reforzar; impulsar, reclamar, abordar; posicionar, desarrollar, colaborar; reorientar, mejorar, continuar; apoyar, centrar, agilizar; fomentar, presentar, recuperar... El Ejecutivo de Iñigo Urkullu presentó ayer como programa de gobierno un catálogo de 615 iniciativas, sin plazo de concreción ni calendario legislativo. Un documento que tanto en lo relativo a los principios a aplicar en cada una de las 28 áreas de intervención, como en los 160 objetivos previstos, como en casi todas las iniciativas anunciadas, supone un calco del programa con el que el PNV se presentó a las pasadas elecciones autonómicas.
Cabe recordar que durante la pasada legislatura el PNV criticó al Ejecutivo de Patxi López haber tenido el «déficit estructural» de «no arrancar con un programa de gobierno, pensar que, con un programa electoral, ya tienes todo hecho». Según explicaba entonces Joseba Egibar, «un programa de gobierno exige marcar prioridades, jerarquizar, y pulir un poco los proyectos, definir tu proyecto político institucional».
No hay nada de esto en el documento aprobado ayer por el Consejo de Gobierno. Apenas algunas variaciones sobre los 171 objetivos, 607 iniciativas en 31 áreas de gobierno que recogía el programa electoral del PNV. Y, para ello, la estructura jeltzale ha tardado cinco meses desde que el 12 de noviembre anunció oficialmente su intención de gobernar en solitario dada «la situación de emergencia» que atraviesa el país, y cuatro meses después del pleno de investidura de Iñigo Urkullu como lehendakari.
Del «refrendo» al «contraste»
Entre las variaciones introducidas por el Gobierno de Urkullu sobre el programa electoral del PNV hay alguna muy sustancial y que, significativamente, va en dirección contraria a la concreción de propuestas.
El programa electoral del PNV se cerraba con un compromiso político de primer orden. Se anunciaba que para definir un nuevo estatus políticos para la CAV, en caso de gobernar, «a propuesta del Gobierno Vasco, se constituirá una ponencia parlamentaria sobre el futuro del autogobierno». Dicha ponencia sería la encargada de «elaborar un texto articulado que será remitido para su aprobación por la Cámara». La última frase del programa electoral era: «El resultado del proceso -el año 2015- será sometido a refrendo popular».
Este apartado dedicado al nuevo estatus es también el que pone el broche al programa de gobierno. Sin embargo, la referencia al año y al refrendo han desaparecido de los compromisos del Ejecutivo de Iñigo Urkullu. La frase ahora dice así: «Someter al contraste popular el resultado de la ponencia sobre autogobierno».
En esta misma área, definida de manera genérica como «Euskadi, nación europea», todo el apartado de «contextos y principios» está copiado literalmente del programa electoral jeltzale. No obstante, hay algunas lagunas. Es decir, todo lo que está en el programa de gobierno estaba en el electoral, pero no todo lo que el PNV decía en elecciones se recoge ahora.
Por ejemplo, del programa de gobierno se ha eliminado la afirmación de que «el Estado español actual se ha convertido en un freno aún mayor para el desarrollo de Hego-Euskadi», que sí figuraba en el programa del PNV.
En otro párrafo ha desaparecido la referencia a «lograr la progresiva institucionalización que suponga el reconocimiento de Euskadi como una Nación libre en el concierto internacional». Igualmente falta también la alusión a que «la nación vasca tiene futuro» como «una realidad que busca espacio y reconocimiento al mismo nivel que el resto de Estados en el seno de la Unión Europea».
El diálogo, al Parlamento
El compromiso relativo a la búsqueda de la paz y la convivencia es el que mayores novedades tiene sobre el programa electoral del PNV, puesto que cuenta con las aportaciones introducidas por el equipo de Jonan Fernández y cuyo ideario ya fue presentado en el Parlamento.
A los tres ejes definidos por el «rechazo a la violencia y defensa de los derechos humanos», el «principio ético, motor de la paz y la convivencia» y los «valores democráticos, impulsores de la paz y la convivencia» que se recogían en el programa jeltzale, ahora se añaden el «principio de realidad» y el «principio de responsabilidad».
Lo que sí se observa es un cambio sustancial en alguno de los compromisos que el PNV adquirió con su electorado. El partido de Urkullu prometió «impulsar un foro de diálogo sin exclusiones para consolidar la paz y la reconciliación».
Sin embargo, en el programa de gobierno no figura ese compromiso. Lo más parecido que puede encontrarse es la referencia a «priorizar y otorgar un valor estratégico a los procesos de diálogo y acuerdo que se tejan en el Parlamento Vasco en cuanto foro plural en que están representadas todas las sensibilidades políticas de nuestro país por decisión libre de sus ciudadanos/as». A esto se suma «ofrecer la colaboración en la Ponencia de Paz y Convivencia del Parlamento Vasco para contribuir a trazar itinerarios de consenso en todos aquellos ámbitos que sean relevantes para el proyecto de un encuentro social».
El eje de las personas
El apartado más amplio del documento presentado ayer, y que ocupa 177 de las 200 páginas que tiene el programa, es el bautizado de forma genérica como el de «las personas» y que, en realidad, agrupa a todas las iniciativas que no guardan relación ni con la paz y la convivencia, ni con el nuevo estatus político. Es decir, lo que constituiría el programa de gobierno en un país normalizado.
El Ejecutivo destaca que, en este terreno, las bases son «el crecimiento sostenible para el empleo y el desarrollo humano para el equilibrio social».
El lehendakari, Iñigo Urkullu, anunció que antes de presentar el programa a la prensa -una media hora antes, exactamente- había remitido el documento al Parlamento, junto a su disposición a explicarlo. El PSE, por su parte, retiró la petición de comparecencia, por considerar que el Gobierno prefería que se conociera por los medios.
Laura Mintegi criticó que las palabras del Gobierno no se corresponden con su acción diaria. A su entender, «ya es hora de explicar medidas y acuerdos concretos» y dejar de «recitar generalidades».
José Antonio Pastor denunció el «desprecio y la burla» del lehendakari al Parlamento. El PSE retiró la petición de comparecencia de Urkullu: «Renunciamos a que nos vuelva a contar lo que ya ha contado a la prensa».
Todos los grupos de la oposición han anunciado ya la presentación de enmiendas a la totalidad contra el proyecto de presupuestos presentado por el Gobierno del PNV. Después de que el lunes EH Bildu diera a conocer su intención de presentar una enmienda a los ingresos y otra a los gastos, ayer fueron PSE, PP y UPyD quienes expresaron su rechazo a las cuentas de Lakua. Significativo es que el PP hizo el anuncio después de su reunión «negociadora» con el consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, que según el portavoz «popular», Antón Damborenea, se limitó a escuchar la posición del PP y anunciar que ya le contestarán la próxima semana.
Por la mañana fue el secretario general del PSE, Patxi López, quien oficializó que su partido presentará una enmienda a los ingresos previstos en el proyecto de presupuesto, lo que supone una enmienda a la totalidad de los mismos. Durante su intervención en el Forum Europa, aseguró en euskara que «estos son los presupuestos de la rendición», que «hacen recortes en los servicios públicos y renuncian a revitalizar la economía», por lo que «decimos no a este proyecto. El PSE no va a dar cobertura a este presupuesto».
Mientras todos los grupos de la oposición muestran su rechazo a las cuentas, el lehendakari, Iñigo Urkullu, insistía ayer en que el Gobierno tiene «voluntad» de negociar el proyecto presupuestario hasta el «ultimo momento» siempre que se respete el «suelo económico» fijado de manera consensuada en el Consejo Vasco de Finanzas y la premisa de «no gastar más» de lo que existe.
Pero es precisamente el capítulo de los ingresos uno de los ejes del rechazo a las cuentas autonómicas de EH Bildu y PSE. El Gobierno se niega a tocar ese apartado, aunque el lehendakari se mostró ayer dispuesto a acordar con la oposición el destino que pueda darse a unos «hipotéticos» ingresos extraordinarios que puedan producirse en los próximos meses.
Las declaraciones del lehendakari sobre la voluntad de su gobierno de llegar a acuerdos con otros partidos contrasta con el relato el parlamentario del PP Antón Damborenea hizo ayer tras su cita con el consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria. En declaraciones a Europa Press, aseguró que la reunión había durado menos de una hora. En ella, la representación del PP le dijo al Gobierno que entendía que era preciso rebajar los gastos y que, por eso mismo, «no podemos entender que haya gastos fuera del País Vasco», en referencia a una partida para las ikastolas de Iparralde y los gastos de las oficinas del Ejecutivo en el extranjero.
Según explicó Damborenea, el consejero respondió que «ven posibilidades de acuerdo» y que les responderán la semana próxima. «No nos han hecho ninguna propuesta de ningún tipo. Ellos han presentado el presupuesto y 'punto pelota', por lo que les hemos preguntado qué margen tienen ellos para negociar o pactar, porque si no tienen ninguno, no vamos a poder pactar nada».
Existe la sospecha fundada de que el Gobierno de Urkullu no está en realidad dispuesto a hacer ningún esfuerzo para evitar la prórroga de los presupuestos de 2012. Se trata de una idea que las delegaciones de PSE y PP hicieron pública desde su primer encuentro con el consejero de Hacienda. De hecho, medios de la órbita jeltzale han comenzado ya a publicar que en el Ejecutivo se trabaja desde hace semanas con la posibilidad de que las cuentas sean rechazadas.
Dentro de la ronda de reuniones, el consejero de Hacienda tiene hoy sendas citas con EH Bildu y UPyD. I.I.