Un terremoto, de magnitud 6,3 en la escala de Richter, acabó ayer con la vida de al menos 32 personas y dejó heridas a 850 en la región de Bushehr, en el suroeste de Irán. El seísmo destrozó un pueblo aunque la central nuclear de Bushehr, a unos cien kilómetros del epicentro, quedó intacta, según relató un responsable de la Media Luna Roja a la agencia de noticias Irna. La corporación rusa AtomStroyExport, que dirige la construcción de la central, señaló que la situación en la misma es normal y que proseguían los trabajos.

El terremoto fue seguido de 39 réplicas apreciables en menos de cuatro horas, varias de ellas por encima de los 5 grados Richter. Provocó incluso la evacuación de edificios de oficinas en países del Golfo Pérsico como Qatar y Bahrein.

El epicentro se situó a 89 kilómetros al sureste del puerto de Bushehr, según el Centro Geológico estadounidense (USGS). Los equipos de observación y evaluación de daños de la Media Luna Roja y las administraciones iraníes enviaron unidades de auxilio y rescate y perros de búsqueda para localizar a posibles supervivientes.

Según la agencia oficial iraní, Irna, la mayoría de los fallecidos se encontraban en las localidades de Tasuch y Shanbe.

El director de la Media Luna Roja de Irán, Mahmud Mozafar, confirmó que los centros sanitarios de la zona tienen capacidad para atender a los heridos y que se dispone además de 500 tiendas de campaña, 2.000 mantas, y 2.000 kilos de comida para repartir entre los damnificados.

Unas 10.000 personas han perdido sus hogares o han huido de sus casas por temor a nuevas réplicas del terremoto en las zonas más afectadas y pasaron la noche en la calle.