Un maestro comprometido
Iñaki URDANIBIA Crítico literario
Afinales de los sesenta, en la capital del Turia, animado por los elogios que mis compañeros de piso hacían de un profesor visitante que hablaba de marxismo, uniéndolo al entonces tan en boga estructuralismo, me colé en alguna de sus clases y salí entusiasmado al oír en las aulas cosas que desde luego allí estaban vetadas. ¡Ostia tú, un rojo... en aquel muladar que era la universidad franquista!
Desde entonces seguí su quehacer especialmente en el terreno de la literatura y también de la política, exceptuando los textos especialmente técnicos, pues la verdad, servidor en lo que hace a números... Algunas ejemplares novelas («El río que nos lleva», «Octubre, octubre», «La sonrisa etrusca», «La vieja sirena» o «Mar de fondo»); un texto breve pero poderoso, y fructífero en la apertura de horizontes para la reflexión, sobre temas fronterizos -creo recordar que rumiado tras días de grave enfermedad y que recoge el discurso leído ante la Real Academia Española el día 2 de junio de 1991-; y sus posteriores intervenciones en las que el escritor, profesor, economista y académico se zambullía en temas de rabiosa actualidad: la globalización y la invasión de Irak... Más tarde han venido muchos posicionamientos, siempre del lado de la justicia, contra quienes se adueñan de la tierra, guiados por el logro de beneficios al por mayor, al rentabilizar las materias primas y el capital humano apostando por el productivismo más vil e imponiendo el monopolio de sus perfectas culturas, industrias y valores...¿Cómo va a ser de otro modo si dios está de su lado?
Pues bien, el maestro Sampredo siempre ha alzado su airada voz, combinando la serenidad con la furia, contra los frecuentes desmanes del poder, contra sus constantes latrocinios ¡Una voz coherente y joven de las que no se achantan con el paso del tiempo, siempre dispuesta a denunciar la barbarie bajo sus distintas caras, aunque éstas estén cuidadosamente maquilladas...!