RUGIDOS ROJIBLANCOS
Imperdonable
Gontzal FRESNO ASTORKI Autor del blog Aquihayzarpazo.com
Si alguien cree que el Athletic mereció mucho más de lo obtenido en el Pizjuán es que vio otro partido. Porque los rojiblancos se hicieron acreedores a la derrota por cometer, una vez más, otra retahila de los habituales desatinos, algo que finalizando la temporada resulta inadmisible. Aburre ya hablar del equipo, de sus fallos, de sus errores, de sus carencias. Por ser las mismas desde agosto en el apartado defensivo y porque sigue adoleciendo de esa falta de pericia que Bielsa acertara a definir hace año y medio pero que ha sido incapaz no ya de erradicar, sino tan siquiera mitigar en todo ese periodo. Para quienes aún quieran militar en el optimismo quedará la reacción del equipo a un gol tempranero, el atrevimiento o la velocidad del costado derecho en las jugadas de ataque. Insuficiente. Insuficiente en contraprestación a una endeblez defensiva lacerante, a un centro del campo incapaz de trenzar varios pases seguidos con sentido o de conservar el balón cuando se requiere. Por no hablar de la desesperante falta de acierto en los metros finales, más allá de esa imaginaria línea de tres cuartos en la que al Athletic se le nublan los sentidos.
Hay alguien que representa mejor que nadie las paradojas de este equipo. Es Ander Herrera, el futbolista que debe manejar el compás, marcar el rumbo. Capaz de cosas interesantes y de complicar el juego hasta extremos inaceptables. Amigo del tacón -mal dado, claro- cuando el lateral se encuentra incorporado en ataque, del caracoleo innecesario, del pase al hueco imposible... Si la persona con fama de tener la cabeza bien amueblada da ese rendimiento, ¿qué podemos esperar de otros tipos con la mollera decorada en Ikea?
No guardemos la calculadora en el cajón y pongámosle pilas nuevas. Qué pesadilla de año y vaya mesecito de abril que aguarda. A Coruña será clave, pero que acabe esto cuanto antes, de verdad.