El juicio contra los hondarribitarras Joseba Andoni Garaialde y Garbiñe Etxaburu, para quienes la Fiscalía pide cuatro años y dos meses de cárcel en el caso del primero y 18 meses para la segunda, por los incidentes ocurridos durante una movilización de protesta por una operación policial contra Askapena, comenzó ayer en la Audiencia Nacional, aunque tuvo que ser suspendido a consecuencia de problemas informáticos a la hora de realizar la videoconferencia con los médicos forenses. La vista se reanudará el 25 de abril a las 10.00.

Garaialde y Etxaburu reconocieron que participaron en una marcha de apoyo a Itsaso Lekuona, detenida en la operación contra Askapena, con cuya familia este matrimonio mantiene una relación de amistad «estrecha y muy antigua», según precisaron, aunque negaron las acusaciones formuladas por el ministerio fiscal y rechazaron haber insultado o agredido físicamente a agentes de la Ertzaintza que se encontraban identificando a manifestantes.

«No pronuncié «`ETA mátalos' ni `Gora ETA' . Ni la edad ni la salud que tengo me permiten correr esos riesgos», relató Etxaburu, quién negó que oyera a su marido profiriendo gritos. «No lo he hecho nunca», aseguró el propio Garaialde.

El acusado explicó que tras gritar a un agente «Esta noche, cuando vayas a tu casa, le dices a tu hijo lo valiente que has sido», varios ertzainas se dirigieron contra él y, agarrándole por el cuello, le apalearon con una porra extensible. «Nosotros nos defendemos utilizando la fuerza proporcional», replicó un agente que participó en los incidentes y que, según la Fiscalía, recibió un puñetazo de Garaialde en el ojo izquierdo.