Todos los partidos con representación parlamentaria han pasado ya por Lakua para conversar con el consejero de Hacienda, y el Gobierno de Urkullu no ha conseguido todavía convencer a ninguno de ellos para que apoye el proyecto de presupuesto.

La cita de ayer fue con el PSE y apenas duró media hora, duante la cual ambas partes repitieron los argumentos que ya han expresado en público. El PSE insiste en que es posible aumentar la partida de ingresos y en que, si el Ejecutivo no da ese paso previo, no va a entrar a negociar «el reparto de la miseria».

Dentro de una semana, el viernes 19 de abril, termina el plazo para la presentación de enmiendas. Todos los grupos de la oposición han anunciado que están redactando sus respectivas enmiendas a la totalidad. Su debate tendrá lugar en el pleno del 26 de abril y lo que se vota a continuación es si se devuelven o no las cuentas al Gobierno.

Tal y como están las posiciones en este momento, lo más previsible es un rechazo de los presupuestos, lo que provocaría continuar como hasta ahora con la prórroga de las cuentas del pasado 2012.

Todos los grupos de la oposición coinciden en que, aunque la incapacidad de aprobar sus primeros presupuestos es un fracaso político del PNV, la prórroga no es un mal escenario económico para el Gobierno, puesto que le deja las manos más libres y tienen la impresión de que es lo que está buscando.