CRíTICA: «Barbara»
Los dilemas existenciales en la Alemania dividida
Mikel INSAUSTI
La comparación entre «Barbara» y «La vida de los otros» es injusta porque la película de Christian Petzold tiene tan poco que ver con la de Florian Henckel Von Donnersmarck como con «Goodbye Lenin» de Wolfgang Becker, salvo porque los tres son títulos localizados en la Alemania Oriental anterior a la caída del Muro de Berlín. Las diferencias afectan tanto a lo temático como al mismo tratamiento estético, ya que Petzold ha optado por un colorido natural, exactamente igual al que se utiliza para ambientar una película en el otro lado alemán. No quería ese tópico tono grisáceo del que se suele abusar para describir visualmente al clima opresivo de los países comunistas.
«Barbara» es una película neutra en el color, que evita también los claros y oscuros de la manipulación ideológica. La vida, bien mirada, se parece en el fondo en cualquier parte o bajo cualquier circunstancia histórica. Por eso, la protagonista se ve sometida a constantes dudas, que no son fruto de la presión externa, sino de sus propios dilemas interiores. Tiene un novio que la espera en la Alemania capitalista, con una situación económica desahogada, pero aún así no termina de decidirse a huir, a pesar de la vigilancia y los registros a los que se ve sometida por la Stasi.
En realidad se encuentra en medio de una encrucijada temporal, porque a su pasado político bajo arresto confronta un presente en pleno ejercicio de su profesión como doctora rural, al lado de un médico que se siente a gusto en su país de origen, a la vez que comprometido con el régimen popular que le ha costeado sus estudios y le permite ejercer un servicio público.
La contenida interpretación de Nina Hoss conecta de principio a fin con el ritmo narrativo de la película, basado en un suspense intimista, que dosifica la información de forma muy gradual. No necesita hablar mucho, ni tampoco expresar más de la cuenta, manteniendo así vivo el misterio que rodea a su personaje. La acompañamos en su tránsito diario, en sus cortos paseos en bicicleta.