Capriles mantiene la tensión contra el Consejo Electoral venezolano
La estrategia de tensión contra el Consejo Nacional Electoral que mantiene la candidatura de Henrique Capriles trata de sembrar dudas hacia las elecciones que tendrán lugar en Venezuela el próximo domingo. Por el momento, la oposición afirma que reconocerá los resultados, aunque deja margen para la incertidumbre. Una posición que no gusta a sus sectores más derechistas, que instan a incrementar las presiones y a poner en duda la decisión de las urnas.
Alberto PRADILLA | CARACAS
«Si los resultados del domingo reflejan los datos que nosotros manejemos en nuestras actas, aceptaremos. Si no fuese así y tuviesemos que decirle algo al pueblo, actuaremos con responsabilidad, pero lo diremos». Ramón Muchacho, dirigente del partido Primero Justicia (principal formación de la Mesa de la Unidad Democrática), mantenía así la ambigüedad que ha caracterizado la campaña de los partidarios de Henrique Capriles. No afirma que vaya a desconocer la decisión de las urnas pero insiste en el pulso que sostiene contra el Consejo Nacional Electoral (CNE), a quien acusa de «parcialidad». Hace dos días, el aspirante de la oposición venezolana se negó a firmar el documento elaborado por el organismo rector que comprometía a ambos candidatos a acatar los resultados. En su lugar, presentó su propio texto, donde afirma que defenderá «la voluntad de los venezolanos» pero lanza graves acusaciones contra el árbitro de los comicios.
«Participamos a pesar del CNE, aunque confiamos en los resultados porque tendremos testigos en todas las mesas», señaló Muchacho a GARA. Sembrar la duda hacia el CNE constituye una estrategia que la oposición ha mantenido en todas las campañas. No obstante, como indicó el portavoz de Primero Justicia, es cierto que «hemos hecho críticas, pero siempre hemos reconocido». Una posición que no es compartida por todo el espectro antichavista, donde el mensaje que cuestiona al órgano electoral ha calado. «Es probable que haya fraude y habrá que valorar qué se hace después», afirmaba el domingo Andrés Maldonado, asistente al acto de Capriles. Los sectores más a la derecha, como los jóvenes que hasta hace dos días mantenían una acampada en la plaza de La Castellana, en Chacao (este de Caracas y feudo antichavista), también presionan para que la MUD desconozca el escrutinio. Algo que ya intentaron sin éxito tras los comicios de octubre de 2012.
Documento latinoamericano
No obstante, existen diferencias respecto a las elecciones de hace seis meses. Entonces Capriles sí que firmó el documento del CNE y asumió rápidamente su derrota. En este caso, además, las presiones también llegan desde el exterior. Un total de nueve expresidentes y 300 cargos de 13 países de América Latina firmaron un documento en el que sembraban las dudas hacia el proceso. Un texto que es rebatido por instituciones como UNASUR, que ha enviado una delegación de observación.
Las incertidumbre generada por la oposición hacia el sistema de votos añade tensión a los últimos días de campaña. No obstante, parece poco probable que Capriles decida romper la baraja y se niegue a aceptar al mismo árbitro que ya reconoció hace apenas seis meses.
La Fiscalía venezolana ha iniciado una investigación sobre la supuesta infiltración de mercenarios salvadoreños. La oposición rechaza estas acusaciones, calificándolas de «realismo mágico».
Decenas de miles de personas colapsaron ayer el centro de Caracas durante el cierre de campaña de Nicolás Maduro. Un acto multitudinario que coincide con la conmemoración del aniversario del golpe de Estado contra Hugo Chávez y que mantuvo al líder bolivariano alejado del poder durante 47 horas, antes de que la reacción de las Fuerzas Armadas y de miles de manifestantes lo restituyesen como jefe de Estado. A las 14.00 (20.30 en Euskal Herria) estaba previsto que Maduro comenzase a recorrer las diferentes tarimas ubicadas en las siete avenidas que el chavismo aspiraba a llenar. En las últimas jornadas, Maduro ha insistido en el recuerdo de aquel momento clave. Especialmente, porque el aspirante de la MUD, Henrique Capriles, tuvo un papel destacado en la asonada, participando directamente en el intento de asalto a la embajada cubana registrado el 12 de abril de 2002.
El hecho de que la conmemoración coincida con la campaña ha generado también peligrosas insinuaciones. Por ejemplo, una entrevista concedida por Jorge Botti, presidente de Fedecámara (principal grupo empresarial venezolano) en la que advertía de que si el próximo presidente no toma en cuenta a los empresarios podría registrarse un retroceso a los primeros años de la década pasada, marcados por el golpe y el paro petrolero. A.P.
