Marruecos afronta una difícil gestión de las cuentas
GARA | RABAT
Vilipendiado por la oposición y criticado por su propia coalición, el Gobierno marroquí, encabezado por el partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), está atravesando por una díficil etapa en la gestión de las cuentas públicas. Con la desaceleración económica y la explosión del coste de los fondos de compensación como elementos de fondo, la economía marroquí ha experimentado un fuerte incremento del déficit público, que se sitúa en el 7,1%.
Para poder sanear las cuentas, deberá reducir el déficit en un 3% hasta 2016, por lo que el Gobierno ha aprobado un recorte presupuestario del gasto publico de 15.000 millones de dirhams (1,2 millones de euros). La oposición criticó de inmediato esta decisión, tachándola de «peligrosa». «Esta medida es una amenaza para la estabilidad social y ralentizará el crecimiento económico», advirtió a AFP Driss Lachgar, primer secretario del Partido Socialista USFP.
El anuncio también tuvo un importante eco en la prensa. El diario francófono «L'Economiste» afirmó el lunes en su titular de primera que se trata del «mayor recorte de la historia» y apuntó a las fisuras que ha generado en el Gobierno.
«Este recorte es un claro mensaje para el Fondo Monetario Internacional (FMI)», consideró el economista Najib Akesbi.
El pasado verano, el FMI le concedió a Marruecos una nueva línea de precaución y liquidez de 6,2 billones de dólares.