«No me molesta, lo entiendo como absolutamente natural y las especulaciones serían menores o diferentes si hubiera ofrecido una realidad deportiva diferente a la que estamos observando», asumió ayer Marcelo Bielsa parte de responsabilidad en el pábulo que desde hace días se viene dando al futuro inquilino del banquillo de San Mamés, en una terna en la que junto al argentino asoman los mismos que hace meses o incluso un año, como son Ernesto Valverde y Cuco Ziganda. Que esos rumores, últimamente día sí, día también, incomoden al de Rosario no parece tener mucho sustento, un hombre que sabe de qué va esto y que con su sola filosofía de no confirmar nada hasta acabada la Liga da necesariamente pie a ello.

Es cierto que tiempo atrás la mayoría de medios de comunicación daba por segura la salida de Bielsa en junio, opinión que comenzó a moderarse hace apenas unas semanas, cuando esos mismos medios dejaban entrever que esa convicción ya no estaba tan clara. Sin embargo, que el equipo no termine de enderezar la senda deportiva ni terminar de sellar su permanencia ha provocado que otra vez se vea la marcha del argentino más cercana. Mientras en algunos medios argentinos han oído campanas y no saben donde, hace unos días en la Cope se daba por segura la decisión del club de apostar por el Cuco, mientras los problemas económicos en el Valencia abren, para otros, las puertas a Ernesto.

Se habla de necesidad de aire fresco en el vestuario rojiblanco, de sanear las relaciones entre técnico y directiva, de dar las gracias al rosarino por lo mucho hecho y hasta otra y, mientras unos apuntan a Valverde como el hombre idóneo, el hijo pródigo, otros señalan directamente a Ziganda como el relevo natural tras la gran campaña del filial y por ser un hombre de la casa, aunque sin apenas experiencia en Primera. Sea como fuera, todo indica que uno de esos tres se sentará en el nuevo San Mamés, pero quizá lo más relevante es que nadie puede ahora mismo dar por seguro el adiós del Loco.

De momento, la directiva de Josu Urrutia, en público, se limita a responder que lo primero es salvar la categoría y luego ya se hablará, con lo que es de esperar que en la próxima comparecencia el presidente rojiblanco sea mucho más locuaz en su respuesta.

Quedan siete partidos por delante, la salvación todavía deberá esperar porque hacen falta seis o siete o puntos, con lo que al debate sobre la banqueta le quedan aún varios ríos de tinta. De momento habrá que conformarse con el apoyo declarado de los jugadores a Bielsa en sala de prensa o entrevistas, incluida su continuidad, y ese ¡Bielsa quédate! que como el domingo le gritaron desde el fondo norte. Avales para el técnico sudamericano, cuyo crédito entre la mayoría de la afición se mantene en niveles aceptables, si bien todo sugiere que quien tiene ahora mismo tiene la última palabra, incluso desde la postura de la propia Directiva, no es otro que el propio Marcelo.