El Departamento de Seguridad hizo público ayer que la consejera, Estefanía Beltrán de Heredia, ha decidido apartar a seis ertzainas de sus funciones operativas en comisaría. No se trata de un castigo disciplinario, ni de una actuación preventiva, sino de una cuestión organizativa. Según una nota,zx la revelación hecha por GARA de las comunicaciones internas de la noche en la que hirieron de muerte a Iñigo Cabacas «condiciona el trabajo ordinario de los funcionarios públicos afectados».

En esa grabación aparece un agente identificado como «responsable patrulla 2» que avisaba al centro de mando de que «aquí la situación está controlada» y de que «ahora mismo no hay ningún altercado». El máximo protagonista es «Ugarteko», que pese a lo sabido ordenaba «entren en el callejón con todo lo que tenemos, entre en la herriko y controlan la situación». También se escucha al «responsable patrulla 1», que avisaba de que «está la plazoleta llena de gente, pero llena, y aquí no se ve ninguna pelea». Con mucho menos protagonismo, hay un «ertzaina» que pide una ambulancia. Junto a ellos, la grabación arranca con una voz de comisaría que pide datos a un testigo.

En total son cinco agentes y no seis, y de ellos solo tres tienen un protagonismo claro en las grabaciones. Sin embargo, el Departamento de Seguridad, anuncia que su medida afecta a seis ertzainas. En la nota, asegura que «jamás participará en juicios mediáticos paralelos a la investigación judicial».

Pese a haber transcurrido un año desde la carga policial que acabó con la vida de Iñigo Cabacas, todos los implicados continuaban en sus mismos puestos incluido el mando que ordenó «entrar con todo». Según respondió el Departamento de Seguridad a GARA el pasado lunes, «cualquier actuación disciplinaria hubiera supuesto prejuzgar responsabilidades antes de que la jueza instructora establezca el relato de los hechos y las posibles imputaciones».

De accidente a error irreparable

Hace escasamente una semana, el pasado viernes, la propia consejera Estefanía Beltrán de Heredia insistió en el Parlamento en que la muerte de Iñigo Cabacas fue «un accidente, porque nadie tenía voluntad de crear el daño que se ha creado». Avalaba así las palabras que el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, había pronunciado en una entrevista radiofónica.

En su nota de ayer, el Departamento de Seguridad ha cambiado su terminología. Lo que era un accidente ha pasado a ser un «error irreparable». De esta forma, Estefanía Beltrán de Heredia acomoda su discurso al empleado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, el pasado miércoles en un programa de preguntas ciudadanas en ETB1.

Además, la Consejería reitera todo su apoyo a los hombres y mujeres del cuerpo, como apunta que ya hizo el miércoles en el Consejo de la Ertzaintza.