Mario Ferreiro, candidato presidencial de la izquierda, pidió a los paraguayos que castiguen mañana con su voto a «los golpistas que quitaron del Gobierno» al expresidente Fernando Lugo. En el acto de cierre de campaña y ante miles de seguidores, proclamó «el fin del imperio del engaño de los dos grandes partidos». «Por nuestros heróicos de Curuguaty, nuestros dos millones de excluidos y nuestros exiliados económicos mandemos al basurero de la historia a esos políticos» exclamó en alusión al Partido Colorado y al Liberal.

Las encuestas, sin embargo, dan la victoria al empresario Horacio Cartes, la nueva cara del Partido Colorado. Propietario de empresas financieras, ganaderas y de la mayor tabacalera del país, y que hasta hace cuatro años nunca había votado, lidera la mayoría de los sondeos con una corta ventaja respecto de su principal rival, Efraín Alegre, del Partido Liberal.

Estas elecciones están marcadas por la destitución en junio pasado del expresidente Fernando Lugo, que fue sometido a un juicio político, que muchos calificaron de golpe de Estado encubierto. De hecho, tanto Mercosur como Unasur condenaron aquella maniobra del Parlamento y aislaron a Paraguay en términos diplomáticos hasta las elecciones, si bien no se impusieron sanciones económicas.

Con esta nueva cita política, Lugo busca continuar su vida política con su postulación al Senado por el Frente Guasú. El exobispo católico, de 62 años, irrumpió en la escena política en 2008 al frente de una coalición que puso fin a seis décadas de hegemonía del Partido Colorado, sostén de la dictadura del general Alfredo Stroessner.

«Más que nunca se abren posibilidades para la izquierda paraguaya», consideró en una entrevista con AFP el jueves, al reflexionar sobre el deterioro de los partidos Colorado y Liberal

El nuevo presidente tendrá como desafío combatir la pobreza y bajar la conflictividad social en el país de 6,6 millones de habitantes.

Paraguay es un exportador de materias primas, principalmente de soja y carne vacuna, y de energía eléctrica a sus vecinos Argentina y Brasil. La mayor parte de su comercio se sustenta en la reexportación de productos asiáticos a Brasil que entran en su territorio tributando menos. Casi un 40% de los paraguayos vive en la pobreza.