El Gobierno de José Luis Bilbao rectifica, a pesar de que su portavoz lo negara ayer en la Cámara vizcaina, presentando un nuevo plan de medidas de apoyo a las entidades locales con dificultades económicas, así como otras que permiten a los consistorios con unas finanzas en mejor estado afrontar inversiones estratégicas bajo la tutela foral.

La oposición saludó la presentación de la iniciativa, aunque desde EH Bildu Irune Soto manifestó que las nuevas medidas llegan «tarde», pues algunas de las situaciones que se tratan de paliar ya se detectaron cuando la Diputación impulsó el anterior plan. La juntera soberanista avanzó que la solución para algunos ayuntamientos no es concertar nuevos créditos con entidades bancarias.

Fue la reflexión más profunda que se oyó desde la oposición a un plan que aprobó el 9 de abril el Consejo de Gobierno de la Diputación vizcaina, donde se busca además de tratar de rescatar a una decena de consistorios en una situación delicada, permitir al resto cierta flexibilidad a la hora de contraer nuevas deudas para invertir. Siguiendo la senda emprendida por el Ejecutivo español, se presenta una norma apelando a la «singularidad foral».

Otra de las normas afecta a las entidades públicas, por lo podría servir a Bermeo y sus problemas con la sociedad Beruala.

En su comparecencia, el responsable de Presidencia, Unai Rementeria defendió el «rigor» contable y financiero de las administraciones locales, pero apostilló que no deben basarse «solo en la austeridad». Aseguró que la mayoría de los 112 municipios vizcainos tienen un nivel de endeudamiento «bajo», percepción en la que no coincide con EH Bildu y PSE.

«La Diputación sigue aprobando planes económicos absolutamente irreales en determinados municipios y dentro de pocos años algunos ayuntamientos estarán en una situación crítica si el Ejecutivo foral sigue permitiendo operaciones que no se van a poder cumplir», advirtió Soto.

También se ha aprobado un decreto por el que se prestará ayuda a consistorios mediante la financiación de las devoluciones de las liquidaciones de Udalkutxa de 2009 y 2011 pendientes a 1 de enero de este año.

Otro decreto propone que, para saldar la deuda motivada por la liquidación negativa de Udalkutxa 2012, se considerará esa liquidación como un «imprevisto». Asimismo, se incorporará a ese fondo de «imprevistos» de 2013 -con un límite de un millón de euros- el saldo disponible y no gastado del correspondiente a 2012.