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Floren Aoiz | www.elomendia.com

Abril sin claveles en la Navarra fecal (no foral)

Donde no hay mata, como decía mi abuela, no hay patata. Ni en el Estado ni aquí hay mito fundacional de la transición que pueda salvarse, se mire por donde se mire. Sencillamente, no hay qué regenerar

Veinticinco de abril de 1707. Batalla de Almansa, importante fecha en la guerra de sucesión de la corona española. «Quan el mal ve d' Almansa, a tots alcança», se dice todavía por las tierras valencianas, más de 300 años después, en recuerdo de aquellos hechos tras los que llegaron las supresiones forales, la represión y una larga cadena de imposiciones.

25 de abril de 1945, considerado Día de la Liberación en Italia, aun fiesta partisana en la actualidad. 25 de abril de 1974, Revolución de los Claveles en Portugal...

Mientras tanto, estos días de abril, en Nafarroa sufrimos las consecuencias de nuestras derrotas históricas (Noain fue uno de nuestros Almansas). De todas.

Los que vinieron con las armas en la mano nunca se marcharon. Tampoco logramos nunca expulsar a del poder a quienes con la ayuda de los fascistas italianos y los nazis alemanes derrocaron la República e instauraron un régimen que aseguraría el control de la minoría sobre las mayorías. Y, por supuesto, no tuvimos una revolución de los claveles, ni nada parecido, sino una transición de mierda, especialmente repugnante en Nafarroa, hecha sobre miles de cadáveres abandonados en las cunetas y bajo el control de los herederos políticos de los alzados en armas en julio de 1936.

Y hablando de mierda, mientras imagino el aroma de los claveles portugueses de aquella primavera, recibo la nauseabunda noticia de que se ha comprobado la presencia de restos fecales en la comida de los hospitales navarros. Es decir, que el dinero público se ha usado para pagar a una empresa privada que da de comer literalmente mierda a nuestros enfermos y enfermas.

En resumen, un desastre o, perdón por la insistencia escatológica, una mierda. Eso es ahora mismo Nafarroa tras décadas de poder navarroespañolista.

Ya sabemos que la Italia que celebra el Día de la Liberación no es precisamente un paraíso, y tampoco el Portugal que surgió de aquellos claveles. Es obvio que las ilusiones de otro tiempo fueron prostituidas. Pero ¿qué esperar de un régimen cuya máxima autoridad fue elegida a dedo por el dictador fascista Francisco Franco y que además de garantizar la impunidad de los crímenes de estado tuvo a bien perpetuar la corrupción y la rapiña?

En Italia y Portugal, las «democracias» han destrozado sus mitos fundacionales, pero la gente canta canciones partisanas o el «Grandola Vila Morena» para reclamar una regeneración de esos pasos después traicionados. Aquí la musiquilla fundacional del régimen, más allá de aquel ridículo «Libertad sin ira» de los primeros años de la transición, no es otra que el viejo «Cara al Sol».

Donde no hay mata, como decía mi abuela, no hay patata. Ni en el Estado ni aquí hay mito fundacional de la transición que pueda salvarse, se mire por donde se mire. Sencillamente, no hay qué regenerar. La Navarra foral y española era, en realidad, Navarra fecal y española. El oasis era en realidad un secarral.

Mejor no perder tiempo intentando regenerar lo irregenerable. Mejor pensar en crear algo nuevo. Algo que huela más a clavel de abril que a resto fecal en la comida de un hospital público.

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