EL BARCELONA, CAMPEONA DE LIGA
San Mamés se despide con lágrimas tras acariciar su último título
Tras 29 semanas liderando la clasificación, el Athletic vio cómo el título se le escapaba en la última jornada. El ingrediente más importante fue también el único que faltó en una jornada en la que la familia rojiblanca volvió a demostrar que conforma un club diferente. Más de 26.000 personas arroparon a las leonas en San Mamés que, tras acariciarlo durante algunos minutos, vio cómo el que habría sido su último título iba a parar a manos del Barcelona.
Amaia U LASAGABASTER
Tantas alegrías en un siglo de historia y tan pocas, por no decir ninguna, en los últimos meses de vida de San Mamés. Ni siquiera el Athletic femenino, el equipo que más títulos ha conquistado para el club rojiblanco en la última década, pudo hacer frente a lo que empieza a parecer una maldición.
Y eso que la Catedral hizo lo que acostumbra, arropar a su gente con unas gradas repletas y dispuestas a darlo todo. Pero quizá, precisamente, por la majestuosidad del escenario; quizá, probablemente, por la ansiedad de la cercanía, el equipo de Juan Luis Fuentes no alcanzó su mejor versión y vio cómo el sueño se convertía en pesadilla. Tras 29 jornadas encabezando la clasificación de Primera, las rojiblancas hincaron la rodilla en el último suspiro. Ante el Barcelona, no podía ser otro, el equipo que ya arrebató el título la campaña pasada al que había sido el mejor Athletic de la historia -en esta ocasión sus números han sido aún más espectaculares, pese a que el resultado final haya sido el mismo-, y que ayer unió a su calidad una mejor gestión de las emociones, lo que le acabó proporcionando los tres puntos y, por extensión, su segunda Liga consecutiva.
Mazazo para empezar
Lo cierto es que la matinal se torció de inmediato. Todavía coreaba la afición los nombres de las protagonistas cuando los nervios, demasiado evidentes, del Athletic se saldaban con una pérdida de balón, una falta en la frontal del área y un chut de Melani que se coló por la izquierda de Ainhoa.
Un mazazo del que la grada se recuperó pronto, redoblando esfuerzos, pero del que las vizcainas tardaron en sobreponerse. La ansiedad pasaba factura y las prisas, las pérdidas de balón y los pases erróneos se convirtieron en moneda habitual durante muchos minutos ante un Barcelona superior, expeditivo en defensa, sereno en el centro del campo y atento en ataque.
Pero después de tocar fondo solo queda resurgir, y en eso se empeñó el Athletic que, con el paso de los minutos, se vino arriba. Con más casta que juego, y más sensación de peligro que ocasiones reales, pero fue suficiente para que, sobrepasado ya el 45, Eli Ibarra colgara una falta en el área y, sin que nadie acertara a rematar o rechazar, se convirtiera en el gol del empate.
La Liga volvía a pintar en rojo y blanco. Y más que lo pareció tras el descanso porque las rojiblancas regresaron al césped con el cuchillo entre los dientes. Esta vez era el cuadro culé el que sufría y su anfitrión el que rondaba la sentencia. Nekane, Erika o Eli Ibarra pisaban ahora área con más facilidad. Guru incluso enviaba el balón a la madera en un saque de esquina.
Pero el momento del Athletic pasó sin que la sentencia de la Liga llegara al marcador. Y las blaugranas, desgraciadamente, no lo desaprovecharon. Pasado un cuarto de hora de la reanudación se sacudieron el agobio, avisaron con un par de zarpazos al área local -incluyendo un posible penalti sobre Sonia-, propiciaron con todo ello el regreso de los nervios a las filas locales y, precisamente como fruto de ellos, acabaron asestando el golpe definitivo. Fue Kenti, que acababa de saltar al campo, la que aprovechaba un desajuste de la zaga para marcar desde la frontal el 1-2, ya inamovible.
Y lo fue porque el Barcelona volvió a ejecutar mejor su papel -más sencillo, obviamente-, defendiéndose con oficio y con fuerza, absolutamente superior en el juego aéreo y asustando a la contra de vez en cuando. Y también porque al Athletic, más comprensible ahora, volvió a faltarle templanza. Rozó aún así el empate con una volea de Nekane al palo, pero precipitación y cansancio pesaron demasiado y acabaron privando a San Mamés de su última alegría.
Las entradas se agotaron pero el hecho de que los socios no tuvieran que pagar impidió que sus localidades salieran a la venta, lo que provocó que San Mamés no se llenase. Pese a lo cual el aspecto de la grada fue, de nuevo, magnífico.
Son los partidos oficiales que ha disputado el Athletic en San Mamés. Con balance negativo desde ayer porque ya son cinco derrotas -las dos últimas a manos del Barcelona-, cuatro triunfos y un empate.
Pese a la derrota de ayer, el Athletic sigue encabezando el palmarés de la Liga, empatado a cuatro títulos con el Levante. El Barcelona celebró el segundo tras estrenar sus vitrinas la temporada anterior.
Halagos y felicitaciones a dos bandas tras el partido, aunque la alegría se concentró en un solo vestuario. Lamentablemente, no fue el rojiblanco que, como reconocía Juan Luis Fuentes, acabó muy tocado anímicamente.
Por la derrota, por un título que vuelve a escaparse en los últimos instantes y, sobre todo, por no haber podido corresponder al apoyo de la afición. «Es espectacular. Es un privilegio y un honor el respaldo de la afición. En ese sentido somos el número uno, no hay equipo que se nos acerce durante todo el año y menos aún hoy. Por eso es lo que más nos duele, no haber podido ofrecer el triunfo a la afición es el dolor más profundo del equipo».
Y no se pudo, entre otras cosas, porque al equipo le pesó la ansiedad. «Nos ha costado entrar en el partido -asumía Fuentes- y además ha venido el mazazo del gol. Nos ha faltado tranquilidad, pero hemos tenido la fortuna de empatar antes del descanso. Habíamos hecho lo más difícil y luego hemos entrado bien en el segundo tiempo, pero cuando mejor estábamos ha venido el mazazo definitivo. Y a partir de ahí ha habido precipitación, hemos estado más preocupadas por acabar rápido que por acabar bien».
El resultado fue que el Barcelona se llevó el triunfo y el título. «Y es absolutamente merecedor, porque han ganado y lo importante es ser primero cuando acaba la jornada 30. Pero creo que nosotras también habríamos sido justas vencedoras. Cuando llegas a la última jornada tan igualado, gane el que gane lo merece».
Opinión que compartía Xavi Llorens, que se reconocía «muy contento», pero también «triste porque el Athletic también se merecía ganar la Liga. Estoy triste porque no hay premio para Juan Luis y las chicas, que trabajan mucho en busca de un título que se les resiste», insistió el técnico culé, que admitió sentir «envidia sana» por el apoyo de la afición rojiblanca.
Un aspecto que también destacó Josu Urrutia, satisfecho con la temporada del equipo aunque contrariado por el resultado, pero que prefería quedarse con «otros aspectos del partido. Este equipo ha vuelto a ilusionar a la gente, a movilizar a miles de personas». Aunque tampoco le sorprendió la respuesta de la afición porque «siempre responde y apoya a todos los equipos del Athletic, incluso más en las derrotas y las insatisfacciones. Creo que no lo valoramos lo suficiente», subrayó el presidente. A.U.L.